La ola de calor que azota el sur de Estados Unidos mantiene bajo alerta a uno de cada cuatro ciudadanos en el país, mientras que en el noreste cerca de 40 millones de estadounidenses se enfrentan a un riesgo moderado de fuertes lluvias e incluso inundaciones.

Desde el sur de Florida, en la costa sureste, hasta la del suroeste, 80 millones de estadounidenses estaban este domingo bajo esa alerta del Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés), según el cual la situación de bochorno se va a prolongar a lo largo de la semana.

Las temperaturas se van a acercar a máximos de entre 100 y 110 grados Fahrenheit (entre 37,7 y los 43,3 grados Celsius) en el interior de California, y de hasta 115 grados Fahrenheit (46,1 grados Celsius) en el desierto del sur de ese Estado, así como en el sur de Nevada y de Arizona.

La web Heat.gov, lanzada por la Administración del presidente, Joe Biden, para informar a la población sobre los riesgos asociados al calor extremo, había previsto ya el viernes que esa ola de altas temperaturas iba a ser "extremadamente peligrosa" en el suroeste el fin de semana y se iba a expandir hacia el este después.

"Tómenselo en serio y eviten pasar tiempo al aire libre", apuntaba esa página, que recuerda que en los últimos 30 días 98,9 millones de estadounidenses han estado sometidos a una alerta de calor.

Una mujer pasea bajo una sombrilla para hacer frente a la ola de calor en Los Ángeles. ETIENNE LAURENT / EFE

En Phoenix, capital de Arizona, el servicio meteorológico local recordó que aunque el calor extremo afecta a toda la población, los más vulnerables son los niños y los mayores, las personas con enfermedades crónicas y las embarazadas.

En condados como el de Miami-Dade, en el sur de Florida, la advertencia de "calor excesivo" se desencadenó tras la previsión de que se alcancen los 112 grados Fahrenheit (44,4 Celsius). De acuerdo a los meteorólogos locales, es la primera vez que se emite allí una advertencia de este tipo.

"No es el típico calor del desierto"

En Las Vegas se insistió además en que la situación no es normal: "No es el típico calor del desierto debido a su larga duración, temperaturas diurnas extremas y noches cálidas. Todos deben tomarse en serio este calor, incluidos quienes viven en el desierto", sostuvo su servicio meteorológico esta pasada semana.

El calor, según el NWS, es la principal causa de muertes y lesiones relacionadas con el clima en Estados Unidos. En 2022 provocó 148 fallecimientos, por debajo de la media de 153 anuales registrada desde 2013.

Pero las altas temperaturas no son el único fenómeno extremo que atraviesa el país estos días. En el noreste, según el NWS, el riesgo moderado de lluvias abundantes afecta este domingo a unos 40 millones de personas, con el potencial de que haya inundaciones.

"Hay también un riesgo marginal en Florida, el centro de la costa del Golfo e incluso el sur de Arizona", añadió en su página web, mientras que ciertas partes de Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo Hampshire, Nueva York y Rhode Island, en el noreste, están hasta las 15.00 (19.00 GMT) de hoy bajo alerta de tornado.

Este sábado, la Unión de Científicos Conscientes (UCS, por sus siglas en inglés) había calculado que 143 millones de los cerca de 332 millones de habitantes de EE.UU. están bajo una alerta de clima extremo. Su herramienta cuenta a los afectados por incendios forestales, inundaciones, tormentas tropicales o máximo calor.