El Laborismo británico clausuró ayer su congreso en Liverpool como el partido de la “responsabilidad fiscal” frente a la inquietante inestabilidad económica que sufre el país a raíz del plan de recortes fiscales anunciado por el Gobierno.

Tras cuatro jornadas intensas en las que ha predominado el optimismo y la esperanza entre los congregados, el líder laborista, Keir Starmer, resaltó ayer a varios medios que su formación “está muy, muy alejada del Gobierno” con “reglas fiscales claras” frente al actual “caos” económico provocado por los tories.

En alusión a las críticas del Fondo Monetario Internacional al plan de crecimiento del Ejecutivo de Liz Truss, que ha generado temores en los mercados y que el FMI tilda de “inadecuado” en un contexto de alta inflación, Starmer subrayó que el Laborismo es “el partido de la responsabilidad fiscal” frente a un Gobierno que “ha perdido el control de la economía”.

El político observó que con frecuencia son factores internacionales, como el conflicto en Ucrania, la crisis energética o el coste de la vida, los que provocan turbulencias en los mercados, aunque en este caso es el propio Gobierno el que ha “autoinfligido el daño en la economía”, la “peor de las situaciones” en las que pueden encontrarse este país.

La número dos del partido, Angela Rayner, fue ayer la encargada de dar el discurso de clausura, en el que recibió sonoras ovaciones y vítores al prometer a los congregados que el Laborismo “transformará este país”.

Según dijo, los votantes no tendrán que elegir entre “corazón y cabeza” en las urnas al abogar por “un futuro más verde y más justo con los Laboristas de nuevo en el poder”.

Su formación abordará la crisis climática y pondrá en marcha, entre otras iniciativas, una revolución verde industrial con la que se llegará al 100 por cien de energía limpia para 2030, recordó.

Planes para Sanidad

En otra de las intervenciones principales de esta última jornada, el portavoz de Sanidad, Wes Streeting, detalló sus planes para mejorar un sistema de salud pública –NHS– “amenazado” por la administración tory.

El “principio fundamental sobre el que se fundamenta el NHS, que sea gratuito en todo momento, se encuentra ahora amenazado. Los conservadores, que se han pasado 12 años aplastando al NHS, utilizan ahora sus fracasos para afirmar que es imposible repararlo”, dijo.

Una gestión laborista obligaría a los médicos de cabecera de Inglaterra a dar citas presenciales a cada paciente que las solicite, algo “imposible” ahora, lamentó el político, que afeó a los tories haber clausurado cientos de ambulatorios desde 2019.

En cambio, el laborismo formará a los doctores que precisa el NHS para tratar a los pacientes a tiempo, doblando el número de plazas en las facultades de medicina.

Sus planes incluyen además que cada centro de salud local permita que las citaciones médicas se tramiten mediante la aplicación del NHS, simplificando la gestión y poniendo fin al tiempo límite de las 8 de la mañana para lograr asegurarse una consulta.

Alternativa para la Educación

En otro de los discursos, la portavoz para Educación del partido, Bridget Phillipson, se comprometió a proporcionar a los alumnos de primaria en Inglaterra acceso a los llamados “clubes de desayuno” –entrada temprana al colegio para que los padres puedan llegar a trabajar–, un proyecto que costaría al año 365 millones de libras (407 millones de euros). Ese plan sería financiado manteniendo el 45% de la tasa sobre el impuesto sobre la renta a las ingresos que superen las 150.000 libras anuales (167.000 euros).

El Laborismo “construirá un sistema de cuidado de niños moderno. Uno que apoye a las familias desde que se termina la baja parental y que vaya hasta el final de la enseñanza primaria”, dijo Phillipson.