La liberación de once implicados en la violación en grupo de una mujer musulmana durante unos disturbios religiosos en la India, pese a estar sentenciados a cadena perpetua, desencadenó este martes la indignación en el país, donde políticos y activistas condenaron la tolerancia con estos crímenes.

Los once condenados por la violación en grupo de Bilkis Bano y responsables de la muerte de siete de los miembros de su familia durante los disturbios religiosos en el estado occidental de Gujarat en 2002, fueron liberados el lunes tras 14 años en prisión gracias una política de "remisión" del gobierno local.

Las reacciones en contra de la medida estallaron hoy después de que se difundieran imágenes de los hombres en las puertas de la prisión, donde recibieron dulces de la mano de sus allegados para celebrar su puesta en libertad.

Bano estaba embarazada cuando fue violada y su hija asesinada junto con otros seis familiares a principios de marzo de 2002, mientras trataban de esconderse de una ola de violencia religiosa que durante esos días dejó cientos de muertos.

Estos hombres "se turnaron para violarla, una mujer embarazada", afirmó en Twitter el portavoz del opositor Partido del Congreso, Lavanya Ballal, que recordó que mataron a siete miembros de la familia de Bilkis Bano, cuando incluso "le arrebataron a su bebé de tres años de los brazos y la tiraron al suelo causando su muerte",

Gujarat está gobernado por el partido hinduista BJP, la misma formación del primer ministro indio, Narendra Modi, que en 2002 era el jefe de Gobierno de la región y fue acusado en numerosas ocasiones de no hacer lo suficiente para evitar las matanzas.

Ola de violencia contra la comunidad musulmana

Todo se remonta a febrero de 2002, cuando estallaron una serie de choques interreligiosos en Gujarat a raíz de la muerte de 59 peregrinos hindúes durante un incendio en un tren en la localidad de Godhra, del que fueron acusados extremistas musulmanes.

Como consecuencia se desencadenó una ola de violencia contra la comunidad musulmana por la muerte de esos peregrinos, produciéndose numerosos ataques que acabaron en la matanza de un millar de personas, en su mayoría miembros de la minoría musulmana.

Una abogado de las víctimas en estos disturbios, Shamshad Pathan, recordó en declaraciones a la agencia india PTI que numerosos condenados por crímenes mucho menos graves permanecen en la cárcel, mientras estos violadores salieron en libertad.

El marido de Bano, Yakub Rasul, reconoció a PTI por su parte que se enteró de la liberación por los medios de comunicación.

"Todo lo que queremos hacer es orar por la paz de las almas de nuestros seres queridos que perdieron la vida durante los disturbios. Todos los días recordamos a los que murieron en esos incidentes, incluida nuestra hija", lamentó el marido.

Liberados el día de la independencia

La activista Yogita Bhayana, fundadora de la organización Personas Contra las Violaciones en la India, acudió a las redes sociales para expresar su decepción por una medida que se aplicó ayer, cuando la nación celebraba sus 75 años de independencia.

"Triste de ver todo esto, ¡hoy el alma se estremece por dentro! Después de todo, ¡sobre qué inmoralidad ha descendido este país!", indicó la activista.

El presidente del partido musulmán AIMIM, Asaduddin Owaisi, criticó también a Modi y al BJP de Gujarat por la política que libró a los criminales de su castigo, indiferentes a los crímenes contra las mujeres cuando las víctimas son musulmanas.

La escritora y feminista Kavita Krishnan expresó también su condena en las redes sociales, dirigiéndose a Modi, que un día antes, durante su tradicional discurso por la celebración de la independencia, dirigió parte de su mensaje al respeto a las mujeres.

"Cuando usted dijo 'respetar a las mujeres' ese día, ¿quiso decir felicitar a los violadores y asesinos que han sido liberados por el gobierno de su partido en Gujarat? ¿Están estos 'hermanos' violadores recibiendo dulces porque violaron a Bilkis Bano, una musulmana?", publicó.

Este caso se produce después de que la India viviera una serie de protestas sin precedentes contra la violencia a las mujeres a finales de 2012, tras la violación en grupo de una joven universitaria en un autobús en Nueva Delhi y su posterior muerte por las graves heridas.

Ese caso marcó un antes y un después en el país y desde entonces las leyes contra las agresiones sexuales se han ido endureciendo, acelerando también la pena capital contra algunos agresores, aunque muchos critican que las medidas no han sido suficientes y, como sucedió con Bano, no todas las víctimas reciben la misma justicia.