Dublín - El príncipe Carlos de Inglaterra y el presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, reforzaron ayer la reconciliación entre el Reino Unido e Irlanda al darse un histórico apretón de manos y lamentar la pérdida de vidas que causó el pasado conflicto norirlandés en ambos bandos. Los dos sonrieron y se estrecharon las manos durante una recepción de políticos locales al heredero a la corona británica organizada en la universidad de la localidad de Galway (oeste de la República de Irlanda), adonde llegó ayer el príncipe de Gales acompañado por su esposa Camilla para iniciar un viaje oficial de cuatro días a Irlanda e Irlanda del Norte.

Este cara a cara fue el primer contacto mantenido por un dirigente del Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), y un miembro de la familia real británica en territorio de la República de Irlanda desde la partición de la isla en dos jurisdicciones, en 1920. El encuentro, según dirigentes del partido, persigue promover la “reconciliación y la curación de las heridas”.

El encuentro tuvo lugar, además, antes de que Carlos y Camilla protagonicen hoy el que será, seguramente, el momento más emotivo de su viaje, cuando visiten en el condado irlandés de Sligo (noroeste) el puerto de Mullaghmore, la localidad costera donde el IRA asesinó en 1979 con una bomba colocada bajo su yate a lord Mountbatten, el tío abuelo y mentor del heredero al trono británico.

“Tanto él como yo expresamos nuestro pesar por todo lo que pasó después de 1968”, manifestó Adams tras el apretón de manos, en referencia al año del comienzo de un conflicto que causó más de 3.500 muertos hasta la firma, el 10 de abril de 1998, del conocido como acuerdo de paz del Viernes Santo. “Coincidimos en eso y hay que destacar que, obviamente, el hecho de que pudiéramos reunirnos ha sido muy importante para él y para nosotros”, agregó el líder republicano.

Carlos de Inglaterra aceptó mantener este breve encuentro después de que Adams confirmara el domingo que el Sinn Féin estaba dispuesto a participar en los actos organizados para la visita real para “reforzar la reconciliación entre todas las partes”. Entonces, Adams aseguró que se trataba de “una buena ocasión para promover la reconciliación y seguir construyendo sobre el buen trabajo de (Martin) McGuiness y la reina (Isabel II) -en referencia al otro apretón de manos histórico entre ambos en 2012-”. Al margen de los objetivos que fotografiaron el apretón de manos, el líder republicano y el príncipe de Gales se reunieron en privado durante unos diez minutos y estuvieron acompañados por el número dos del Sinn Féin y viceministro principal norirlandés, el excomandante del IRA Martin McGuinness, y el embajador británico en Irlanda, Dominick Chilcott.

Adams confirmó después que hablaron del asesinato del Lord Mountbatten y de otras atrocidades cometidas durante el conflicto y aunque no dio detalles al respecto, se supone que le recordó las acciones del Primer Regimiento de Paracaidistas, del que Carlos es todavía comandante en jefe honorario. “El príncipe Carlos es comandante del regimiento de paracaidistas del Ejército británico, responsable de la muerte de muchos ciudadanos irlandeses”, advirtió el pasado domingo el líder republicano, refiriéndose a hechos como el llamado Domingo Sangriento, como se conoce la jornada del 30 de enero de 1972 en la ciudad norirlandesa de Derry, cuando soldados de esa unidad abrieron fuego contra una manifestación por los derechos civiles de los católicos y mataron a 14 civiles. “Pero también ha sido afligido por las acciones de los republicanos. Afortunadamente el conflicto ha pasado, pero siguen quedando injusticias sin resolver. Estas deben ser corregidas y el proceso de curación de las heridas debe seguir su desarrollo”, agregó.

“Abordamos la necesidad de que todo el proceso de reconciliación avance, sobre todo para la gente que ha sufrido. Necesitamos que se curen, que se reparen las relaciones entre la gente de estas islas”, opinó ayer Adams, poco después del encuentro con el príncipe Carlos. A juicio del líder republicano, el hecho de que Carlos de Inglaterra sea una de esas víctimas del conflicto ha permitido que tenga “afinidad y empatía con otras personas”.

Normalización de relaciones La jornada de ayer concluyó con una cena de gala organizada por el presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgins, y su esposa Sabina. La segunda parte de la visita transcurrirá mañana y el viernes en Irlanda del Norte. Ésta es la tercera ocasión en que Carlos visita la República de Irlanda, después de sus viajes de 1995 y 2002, aunque esta gira se produce después de la histórica visita de su madre, la reina Isabel II de Inglaterra, a este país, en mayo de 2011.

Entonces, la presencia de la reina Isabel II en la República de Irlanda, la primera de un monarca británico en casi un siglo, certificó la normalización de las relaciones entre Londres y Dublín gracias, sobre todo, al éxito del proceso de paz en Irlanda del Norte. No obstante, en esa ocasión, el Sinn Féin se negó a participar en los actos programados y tuvo que pasar otro año para que McGuinness estrechase la mano de la reina en Belfast, convirtiéndose en el primer dirigente republicano en hacerlo.

En este nuevo clima de entendimiento, el presidente Higgins viajó en abril de 2014 a Londres para una histórica visita de Estado al Reino Unido, la primera de un jefe del Estado irlandés desde la proclamación de la independencia, en 1916.