lausana - La ofensiva encabezada por Arabia Saudí en Yemen irrumpió en la recta final de las negociaciones sobre el controvertido programa nuclear iraní, y si bien no las obstaculiza, sí vuelvea poner de manifiesto la distancia entre Washington y Teherán. “Cuando dos diplomáticos se sientan juntos, hablan sobre Yemen, pero siempre hemos dicho que las conversaciones están limitadas al tema nuclear”, declaró el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif. Esta fue la diplomática respuesta del ministro iraní preguntado sobre el impacto que la ofensiva militar de nueve países árabes contra los hutíes en Yemen, supuestamente apoyados por Teherán, está teniendo en la negociación que se desarrolla en Lausana.
Zarif advirtió del riesgo de un aumento de la tensión en la ya convulsa región. Una opinión completamente opuesta a la expresada públicamente por Washington que no sólo apoya la ofensiva militar, sino que le da apoyo logístico y de inteligencia.
No obstante, esta distancia no les impide seguir avanzando en las negociaciones, como ha dejado claro el Departamento de Estado, que si bien ha asumido que Yemen ha aparecido en las conversaciones entre el canciller estadounidense, John Kerry, y Zarif, no les ha alejado del tema central de discusión: cómo asegurar que el programa nuclear iraní es exclusivamente pacífico.
Estados Unidos ha apoyado tradicionalmente a las potencias suníes de la región del Golfo Pérsico, mientras que Teherán tiende a apoyar a las comunidades o grupos chiíes, como los rebeldes hutíes de Yemen. Arabia Saudí, que compite por la supremacía regional con Irán, no esconde que se opone diametralmente a un acuerdo nuclear con Teherán. “Es terrible si Arabia Saudí busca un efecto sobre las negociaciones nucleares al atacar a Yemen”, dijo Zarif en alusión a la firme oposición saudí a cualquier acuerdo con Irán sobre su programa nuclear abogando, junto con Israel, por el ataque militar contra Teherán. - Efe