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Miles de tunecinos piden justicia social ante el terrorismo

La marcha utiliza al Foro Mundial Social como caja de resonancia Los manifestantes reclaman la ayuda de Europa: “Sentimos el respaldo, pero necesitamos algo más”

Miles de tunecinos piden justicia social ante el terrorismoAFP

túnez - Miles de personas de varios países se manifestaron ayer frente al museo El Bardo de Túnez para advertir que solo la justicia social y un cambio en el modelo educativo y de sociedad puede derrotar al terrorismo yihadista que crece en el norte de África y amenaza también a Europa. Desafiando a la pertinaz lluvia que cayó con intensidad sobre la capital norteafricana, activistas llegados de 119 países para participar en el XIII Foro Mundial Social (FMS) desfilaron al grito de “Túnez, Túnez libertad; terrorismo, fuera fuera”.

Los organizadores cambiaron días atrás el programa de inauguración, que debía haber arrancado con una marcha festiva en la conocida avenida Bourguiba, en respuesta al atentado yihadista que hace una semana mató a 21 personas, entre ellas 20 turistas extranjeros, en ese museo. La masacre, consecuencia de una serie encadenada de errores de seguridad, fue reivindicada por una célula afín al autoproclamado Estado Islámico (EI), afincado en Siria e Irak.

“Esta marcha es muy importante. Transmite un mensaje esencial, el de una sociedad progresista que responde unida contra el terrorismo”, aseguró Hamma Hammami, líder de la coalición de izquierdas tunecina Frente Popular, cuarta fuerza parlamentaria. “Luchamos juntos contra el terrorismo y contra las fuerzas imperialistas que lo financian. Estamos aquí para demostrar que otro mundo es posible, un mundo sin violencia ni terrorismo”, agregó en la cabeza de la manifestación.

En la misma línea se pronunció Radia Nasrawi, presidenta de la histórica Asociación tunecina de lucha contra la tortura, para quien la solución de esta lacra se fundamente en una reforma de la educación que permita sociedades más cultas y reflexivas, en las que el terrorismo que se nutre de la ignorancia carezca de semilleros. “El ataque de El Bardo ha sido una catástrofe porque los terroristas, que desde hace tiempo golpean las regiones exteriores, han logrado golpear por primera vez en la capital y además contra turistas extranjeros. Es muy grave para un país abierto y mediterráneo, estamos aún noqueados”, afirmó.

“Pero la raíz esta en la enseñanza. La enseñanza es esencial, hay que revisar los programas educativos porque nos hemos dado cuenta que desde la época del (padre de la nación tunecina contemporánea, Habib) Bourguiba a la del (derrocado dictador, Zine el Abedin) Ben Ali ha habido un enorme deterioro”, subrayó.

Al hilo de este argumento, Nasrawi recordó que los jóvenes tunecinos “antes estudiaban a los filósofos griegos y neoclásicos, y se les educaba en el diálogo, mientras que en la época de Ben Ali todo ello desapareció y se centró en una sociedad consumista y competitiva”, en la que las diferencias sociales se hicieron más patentes. “Necesitamos la ayuda de Europa. La respuesta ha sido muy positiva hasta ahora, sentimos el respaldo y el apoyo, pero se necesita algo más”, afirmó.

el pago de la deuda “Por ejemplo, ampliando el plazo para el pago de la deuda, de la que solo se benefició Ben Ali y no el pueblo tunecino. Necesitamos dinero para invertir en educación y en herramientas para la lucha contra el terrorismo. Los terroristas tienen mejores medios que nuestras fuerzas de Seguridad”, subrayó.

El discurso de ambos, en el que las palabras libertad, cambio, justicia social e igualdad eran recurrentes, se prolongaban después como una larga serpiente multicolor en boca de las diferentes delegaciones llegadas a Túnez para participar en este foro de cuatro días.

Una torre de babel extendida a lo largo de las calles de la capital en la que ayer era posible encontrar decenas de causas de todo el planeta y un mismo mensaje gritado en la mayoría de las lenguas conocidas: “No al terrorismo”. “Estamos aquí para reclamar una nueva justicia, una nueva sociedad. Para demostrar que esta sociedad no funciona. Si funcionara, si se respetaran los derechos, no habría aquí gente de tantos lugares distintos del planeta”, explicó François, miembro del movimiento global Attack.