Pristina. El Gobierno de Kosovo envió unidades especiales de policía para reforzar el control en dos pasos fronterizos con Serbia, después de que la semana pasada Pristina prohibiera la importación de productos serbios. El ministro kosovar del Interior, Bajram Rexhepi, confirmó ayer ese despliegue extraordinario en la frontera norte, en una operación destinada a controlar el cumplimiento de la prohibición de entrada de bienes de la vecina Serbia.

La situación en el norte del país de se mantiene muy tensa. En esa parte se concentra la minoría serbia de Kosovo, que en su mayoría sigue leal a Belgrado, sin reconocer la autoridad de Pristina. De hecho, un policía kosovar resultó herido de gravedad en un tiroteo durante la operación de tomar el control de dos puestos fronterizos. "Hubo un intercambio de disparos entre la policía de Kosovo y los serbios locales cerca del pueblo de Zupce", informó Brahim Sadriu, portavoz de las fuerzas de seguridad kosovares.

Después de fracasar el reciente intento de liberalizar el comercio entre Serbia y su antigua provincia, se teme ahora una escalada de la tensión. El Gobierno kosovar decidió el pasado miércoles prohibir las importaciones desde Serbia y Bosnia-Herzegovina, en respuesta al veto a las exportaciones kosovares impuesto por esos países, pero los productos serbios continúan entrando en el norte del país. Hacia la medianoche de ayer, la policía kosovar consiguió asumir el control de uno de los dos pasos fronterizos en el norte, pero tuvo dificultades con el segundo.