BOGOTÁ. El Gobierno colombiano dio ayer un contundente golpe a las FARC. La operación Sodoma realizada por el Ejército contra el campamento madre de la guerrilla colombiana acabó con la vida del Mono Jojoy, jefe militar y considerado el guerrillero más sanguinario. "Esta es mi bienvenida" a las FARC, señaló el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, desde Nueva York al confirmar la muerte del número dos de la guerrilla más antigua de Latinoamérica. Víctor Julio Suárez, alias Jorge Briceño Suárez o Mono Jojoy, fue abatido durante un operativo conjunto de todas las fuerzas de seguridad del Estado en la serranía de La Macarena, al sur del departamento del Meta, junto con otra veintena de guerrilleros que formaban su cordón de seguridad. Para el operativo se usaron 30 aviones, 27 helicópteros, medio centenar de bombas de precisión y un impresionante batallón de hombres. Durante la operación, tuvieron lugar al menos nueve combates entre uniformados y guerrilleros.

"Ha caído el símbolo del terror", anunció Santos, en el cargo desde el 7 de agosto. El presidente conocía los planes antes de viajar a EE.UU., ya que el viernes pasó la noche en la base militar de Larandia, en el sureño departamento de Caquetá, vecino del Meta, para pulir con la cúpula militar y policial los detalles de lo que estaba por venir. "Es una noticia histórica", consideró el mandatario al informar de que el operativo, en que también "se dio de baja a gente importante que están siendo identificados", se puso en marcha en la noche del lunes.

Inmediatamente después, el ministro colombiano de Defensa, Rodrigo Rivera, confirmó en Bogotá que la Operación Sodoma apuntó al mismo "corazón estratégico de las FARC". "En esta operación hemos llegado a la madre de todos campamentos de la FARC, más de 300 metros de longitud, con un búnker construido en concreto en el cual se refugiaba el cabecilla, con túneles de escape para burlar a la Fuerza Pública", explicó. El ministro destacó el trabajo de inteligencia previo y dijo que se trató de una acción conjunta entre el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía Nacional.

Objetivo, "Alfonso cano" Tras este gran operativo, el Gobierno tiene ahora sus ojos puestos en el máximo líder de las FARC, Guillermo León Saenz, alias Alfonso Cano, quien tomó la dirección de la organización tras la muerte del histórico fundador, Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda Vélez o Tirofijo, ocurrida en 2008 por un paro cardiaco. Juan Manuel Santos ya protagonizó otro golpe a las FARC mientras era ministro de Defensa, cuando en 2008 el Ejército mató al entonces número dos, Raúl Reyes. Además, con esta operación, Santos confirma la continuidad de la estrategia de acoso a la guerrilla que comenzó el ex presidente Álvaro Uribe, enmarcada en la política de Seguridad Democrática, pese a que Santos ha tomado distancia desde que tomó posesión de su cargo de la acciones más polémicas de su predecesor.

Esta operación exitosa se da también después de que la Fuerza Pública haya sido blanco de varios ataques y emboscadas con el resultado de más de 40 miembros muertos. "Quiero felicitar a nuestras fuerzas armadas por su capacidad, decir que vamos a por ellos, que no vamos a bajar la guardia", exclamó Santos, al tiempo que reconocía que "queda camino por recorrer" para ver el fin de las FARC, a las que ayer, según manifestó, se las propinó el "golpe más contundente en toda su historia".