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Bélgica sigue sin aclararse

Un mes después de los comicios, aún no se vislumbra quién formará la coalición de gobierno Tras el nacionalista De Wever, le toca al socialista francófono Elio Di Rupo allanar el camino hacia un acuerdo

Bélgica sigue sin aclararseFoto: Efe

A punto de cumplirse un mes desde las elecciones legislativas anticipadas celebradas en Bélgica el pasado 13 de junio, en las que arrasó el partido nacionalista Nueva Alianza Flamenca (N-VA), la formación de una coalición de gobierno que dirija el país se presenta tan complicada como entonces. El gran vencedor en Flandes, el líder nacionalista Bart De Wever, entregó el pasado jueves su informe al rey Alberto II sobre los puntos en común y las discrepancias todavía "difíciles" respecto a las posiciones francófonas que ha encontrado durante su trabajo como informador. Ahora le toca el turno al socialista Elio Di Rupo, ganador en Valonia, acometer los contactos para allanar el camino al futuro gobierno. A tenor de las declaraciones de uno y otro, la falta de consenso es evidente y persiste la sensación de que no habrá gobierno, por lo menos, hasta octubre.

"Me hubiera gustado encontrar una mayor convergencia, pero no es posible esperar un milagro en unas semanas", admitía el pasado jueves Bart De Wever sobre los escasos resultados de las negociaciones tras pedir ser relegado de su misión. Su partido se convirtió en la última cita electoral en la formación política más votada del país, por primera vez en su historia, con un discurso en el que defienden la evolución hacia una Bélgica confederal que se apoye en regiones fuertes con mayores competencias legislativas. Desde un primer momento, el líder nacionalista de Amberes dejó clara su escasa ambición política por el puesto de primer ministro y su intención de cederlo, por primera vez desde 1974, a un político francófono a cambio de una profunda reforma del Estado que permita evolucionar al país hacia un sistema regionalizado.

Divergencias De momento, las palabras de De Wever confirman que el terreno no está desbrozado, que flamencos y francófonos siguen mirando en direcciones políticas muy distintas y que la misión de formar una nueva coalición de gobierno deberá esperar a que se despejen algunas de las divergencias que todavía mantienen nacionalistas y socialistas. Y es que, si bien ha habido progresos en materia económica y presupuestaria, no ha ocurrido lo mismo con los expedientes más sensibles a los que se enfrentan, como son la escisión del distrito electoral de Bruselas-Hal-Vilvoorde y los derechos lingüísticos que imperan en estas comunes, origen de la última crisis de gobierno, así como la reforma institucional para dotar de una mayor autonomía a las regiones.

El turno de di Rupo A partir de ahora será Elio Di Rupo el responsable de allanar el camino al futuro gobierno. A él le nombró Alberto II preformador del futuro gobierno. Un puesto que tradicionalmente antecede al de futuro primer ministro y cuya principal tarea será negociar con las formaciones políticas que compondrán el futuro gobierno federal. Una tarea que en el caso de Bélgica complica extremadamente la situación, ya que debe haber una coalición paritaria de ministros flamencos y francófonos en torno a un programa común de trabajo. De hecho, vista la última experiencia, cuando Leterme tardó nueve meses en formar un gobierno que ha estado tres años en la cuerda floja y terminó por caer en abril pasado, Di Rupo advirtió el viernes que prefiere construir primero una base sólida antes de formar el nuevo Ejecutivo. Significativo fue que inició la rueda de prensa en flamenco, un gesto que no pasa desapercibido pese a las críticas que ha recibido por su mal neerlandés.

Aunque no avanzó qué formaciones estarán en este futuro equipo federal, Di Rupo sí dijo que no estará únicamente compuesto por el binomio PS/N-VA. "Todos los partidos tendrán igual importancia", indicó. En todo caso, parece evidente que además de los dos vencedores tendrán que estar los socialistas del norte y los democristianos flamencos y francófonos, a los que se podrían sumar los ecologistas del sur que gobiernan en Valonia con Di Rupo. Al igual que De Wever, el líder de los socialistas no se plantea fechas ni calendarios, aunque reconoce que el tiempo apremia y deben lograr un pacto "lo más rápido posible". Hoy le toca a él iniciar los contactos con el resto de formaciones políticas.