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Radiografía del poder chino

Un diario oficial publica las diez frases que mejor retratan el autoritarismo de los políticos del país justo cuando arrecian las críticas por la condena al disidente Liu Xiaobo, que deberá cumplir 11 años de cárcel

Radiografía del poder chino

Zigor Aldama

Shanghái

NO se moleste en llamar a la Policía porque soy un alto cargo del Gobierno". Así de contundente se mostró Zhou Wei después de su mujer, Yu Fuqin, le propinara dos bofetadas al guía turístico de 19 años que le había llamado la atención por manosear un mural histórico protegido. Alguien recogió la escena en vídeo y no tardó en llegar a las pantallas de los internautas chinos, que pusieron el grito en el cielo. Ante la relevancia que adquirió el asunto, la Policía pidió a Yu, secretaria del Partido Comunista en el regimiento del que su marido es teniente coronel, que se disculpara. Y lo hizo: fue a la comisaría, donde esperaba un nutrido grupo de guías que trabajan en el escenario de la trifulca, y pidió perdón con aire arrogante. Se marchó en un convoy de cuatro vehículos oficiales.

Su actuación no hizo sino encender aún más los ánimos de los internautas chinos, que ya suman 360 millones. Tal ha sido la protesta en el ciberespacio que el teniente coronel Zhou y su mujer Yu han sido relevados de sus cargos este mes, un hecho que deja al descubierto dos importantes elementos de la China actual: el desprecio de los gobernantes por las leyes que ellos mismos promulgan, y la creciente presión que los ciudadanos del gigante asiático son capaces de ejercer sobre las autoridades.

Y lo más curioso es que la frase con la que Zhou quiso zanjar la discusión ha sido elegida para encabezar un reportaje insólito publicado en el diario oficial China Daily bajo el título Las diez frases más vomitivas pronunciadas por los políticos en 2009, muestra de que algo se mueve en la esfera del periodismo chino, aunque la libertad de prensa es todavía una utopía en el Gran Dragón.

toque humorístico Si bien el rotativo busca potenciar el lado humorístico y restar importancia a cada uno de los puntos de este curioso decálogo, lo cierto es que las citas que recoge son una impecable radiografía del poder chino. Incluso la nota del editor que precede a la información contiene afirmaciones que hubiera resultado impensable leer en el China Daily sólo un par de años antes: "Los oficiales chinos pertenecen a una especie diferente. Frente a la prensa suelen ceñirse a sus discursos y mostrarse muy comedidos. Pero, en ocasiones, se les puede cazar con la guardia bajada y obtener declaraciones que uno nunca esperaría escuchar de un funcionario".

Como por ejemplo, la que le soltó a un periodista uno de los miembros provinciales de la Conferencia Política Popular Consultiva. Preguntado por el plan que el gobierno central ha propuesto para promover la transparencia entre los altos cargos, y que les obligaría a hacer públicos sus bienes, este dirigente contestó, indignado, con otra pregunta: "¿Y por qué no hace pública primero su riqueza la ciudadanía en general?". Una vez más, Internet entró en ebullición, acusando a las autoridades chinas de corrupción generalizada, uno de los principales problemas del país.

Entre las frases tristemente célebres de 2009 también se recoge una que evidencia la falta de libertad informativa en China. "Como te atrevas a publicar eso haré que cierren tu página web". Pero, en este caso, el sujeto en cuestión, director del departamento de Educación local, no consiguió salirse con la suya. Todo comenzó en un banquete oficial celebrado en la ciudad de Jinan. Allí estaba el funcionario de talento censor, bastante borracho, y no se le ocurrió otra cosa que meterle mano a la joven profesora que tenía al lado. Ésta no lo dudó un momento y le soltó un sonoro tortazo delante de todos. El periodista que quiso luego recoger la versión del "agredido" recibió la amable contestación que se ha ganado un puesto entre las diez mejores del año. Eso sí, según un portal de noticias chino, la profesora ha perdido su trabajo, y el funcionario continúa en su cargo.

En la misma línea, una mujer que estaba protegiendo su casa de la inminente demolición, lanzando cócteles molotov caseros a las excavadoras que la amenazaban, recibió la visita de uno de los funcionarios de Shanghai, que le dejó muy claro el funcionamiento de la justicia en China: "Si luchas contra el Gobierno serás castigada. Cualquier acción contra el Gobierno es ilegal". Así que su vivienda fue derribada, y a callar.

Las chapuzas del sector inmobiliario se han ganado varios puestos en la lista de las diez frases más vomitivas. Como en el caso de la mujer de Shanghai, un anciano de la provincia norteña de Hebei estaba en total desacuerdo con la compensación recibida por la demolición de su hogar, y fue a quejarse al ayuntamiento. Allí, frente al encargado de Urbanismo, Shi Guozhong, amenazó con suicidarse en el acto. Shi, ni corto ni perezoso, le contestó con una frase que demuestra la empatía del gobierno chino con su población: "No es cosa mía, pero si quiere matarse vaya directamente a la quinta planta, no lo intente desde la primera o la segunda".