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Utilitarios con una pila de ventajas

Comprimidos, enchufados y asequibles, cuatro modelos a batería desmienten con precios populares la idea de que todos los automóviles eléctricos son muy costosos

Utilitarios con una pila de ventajas

¿Son caros los coches eléctricos? Preguntas así de genéricas (¿son simpáticos los vascos?) tienen la misma respuesta: depende. Al parecer, la gente considera que sí (hablamos de los coches). Hasta ahora, la realidad respalda esa percepción. Pese a las subvenciones públicas que bonifican su compra, estrenar un coche a batería exige un desembolso económico superior al que requiere la compra de otro semejante con impulsión tradicional. Cuestan más, sí, pero hay excepciones que permiten vislumbrar un provenir con vehículos a pilas fáciles de usar y también de adquirir. El mercado actual comienza ya a recibir candidaturas así, dispuestas a popularizar la electrificación. Las primeras llegan por medio de BYD, Dacia, Hyundai y Leapmotor, con sus propuestas 100% eléctricas comprimidas y asequibles: Dolphin Surf, Spring, Inster y T03.

La implantación de toda nueva tecnología supone asumir costes elevados, que no se atenúan hasta que, transcurrido un tiempo, aquella se generaliza. Con los automóviles a batería, todavía asentándose, sucede algo parecido. Así que, de momento los minoritarios eléctricos soportan un precio superior al de los coches convencionales equiparables.

Es algo que ya empieza a cambiar. Lo que nadie acierta a precisar es cuándo lo hará del todo. Las leyes del mercado indican que los costes de fabricación de los eléctricos descenderán en cuanto se empiecen a fabricar en grandes series. Claro que para eso la clientela tiene que pasar en masa por el aro, o más bien por el cable y el enchufe. Por ahora, la perspectiva de afrontar ese salto tecnológico aún no despierta demasiado entusiasmo entre el público. Es probable que este se vea cada vez más empujado a darlo si las autoridades europeas siguen decididas a erradicar los vehículos de combustión interna de toda la vida en 2035. De consumarse esa prohibición, a partir de ese momento, quien quiera estrenar coche tendrá que contentarse con uno 100% eléctrico.

No hay por qué considerarlo un drama. Lo que para algunos es una equivocación supone para otros una ocasión propicia para mejorar. Llamémoslo progreso. Las grandes innovaciones siempre generan reacciones contrarias. En los albores de la electricidad hubo quien se resistió a abandonar el candil. Ante aquellas primeras máquinas infernales llamadas automóviles muchos siguieron apostando por la tracción animal.

Los eléctricos han venido para quedarse. Conviene aceptarlo y aprovechar sus oportunidades. Se impondrán tras convivir un tiempo más o menos largo con esos modelos actuales que usan eficientemente derivados del petróleo, pero que ya están sentenciados. Todo sugiere que serán desplazados paulatinamente por los automóviles a batería, para terminar en manos de coleccionistas y museos.

Nuevas propuestas a pilas como las formuladas por BYD, Dacia, Hyundai y Leapmotor podrían incitar a algunas personas a probar la movilidad del futuro. Son modelos idóneos para quienes buscan un vehículo manejable con el que moverse entre calles con agilidad, austeridad y confort; sus proporciones comedidas no impiden obtener razonable habitabilidad y estimable confort. Su mayor ventaja radica en el precio, tan reducido como su tamaño, lo que también los hace atractivos como segundo coche de la familia.

Si la tarifa oficial de un automóvil no suele coincidir con el desembolso que realiza el comprador, el PVP es una referencia lejana en el caso de los eléctricos. Su gran argumento comercial es un precio final que, hasta hace nada, se ha visto considerablemente atenuado por las subvenciones públicas. La incógnita ahora es ver cuánto va a afectar el agotamiento de los fondos del Plan Moves III a la demanda de eléctricos, en especial a la de los más asequibles. Parece obvio que sin esa determinante aportación económica –hasta 7.000 € deducibles en la compra si se achatarra un vehículo antiguo- el suflé de las matriculaciones se va a desinflar con más celeridad de la que subió.

Por esa razón, y porque ha sucedido así otras veces, cabe pensar que el Gobierno español presupuestará, más pronto que tarde, una reedición del Plan para reactivar el mercado. En ese momento, el desembolso requerido para pasarse al eléctrico, al menos a algunos modelos, volverá a ser razonable. En casos como los del Dolphin Surf, el Spring, el Inster y el T03 ; con las ayudas, estos cinco candidatos cuestan menos que algunos VO.

Y no hay que olvidar que, además del comedido importe de adquisición, estos coches comportan costes de utilización mínimos. Es así cuando los usuarios tienen posibilidad de instalar un punto de carga propio, también subvencionado, que permita beneficiarse de las tarifas eléctricas nocturnas más bajas. Sin este ingrediente, el coche eléctrico ya no es tan cómodo, rentable e interesante.

BYD Dolphin Surf

BYD Dolphin Surf. La emergente marca china BYD ha incorporado a su repertorio el Dolphin Surf, variante escueta del Dolphin a secas, para competir en el segmento de los modelos ciudadanos de bajo precio. Comprime su carrocería 30 cm hasta dejarla en 3,99 metros, en los que habilita una cabina con cuatro plazas y 308 litros de maletero. La variante más asequible (Active) equipa un impulsor de 88 CV asociado a una batería de 30 kWh. La combinación depara un alcance máximo de 220 km. BYD la anuncia por 11.780 €, cantidad en la que se queda el PVP (19.990 €) tras aplicar todos los descuentos y subvenciones vigentes hasta ahora. Por ese precio dispone de pantalla de mandos de 7 pulgadas, pantalla central multimedia rotatoria de 10,1 pulgadas, sistema de navegación, programador de velocidad activo, sensores de aparcamiento, aire acondicionado, cámara trasera y tres anclajes Isofix atrás. El menú ofrece otras dos versiones más costosas, provistas de una batería de superior capacidad (43,2 kWh). Con el motor de 88 CV promete recorrer 320 km y con el de 156 CV pronostica 310. La recarga normal admite hasta 11 kW. La rápida, que recupera del 10 al 80% en media hora, trabaja a una potencia máxima de 65 kW. 

Dacia Spring

Dacia Spring. La apuesta por la electrificación asequible de Dacia depara un Spring que ha ganado empaque tras la reciente renovación. Es un coche pequeño -mide 3,7 metros de largo, 1,58 de ancho y 1,52 de alto- y ligero (pesa poco más de mil kilos), idóneo para quien se desenvuelve asiduamente en entornos urbanos. Ofrece cuatro plazas correctas y 288 litros para equipaje a su espalda. Dacia reclama 17.890 euros por la versión más sencilla y barata del Spring. Es el importe reflejado en la tarifa oficial, antes de dulcificarla con posibles descuentos por financiación y renovación del parque. La versión que abre el catálogo equipa un impulsor de 45 CV y una batería de 26,8 kWh, para acreditar un alcance máximo de 225 km. La marca ofrece una segunda variante con 20 CV más, conectada a la misma batería, que mejora las prestaciones pero no la autonomía (parte de 18.890 €). El Dacia Spring se recarga a 7 kW en tomas de corriente alterna y opcionalmente a 30 kW de alterna.

Hyundai Inster

Hyundai Inster. Es uno de esos coches que no deja indiferente a nadie. Lo logra tanto por su peculiar diseño como por sus inusuales dimensiones: 3,82 metros de largo, 1,61 de ancho y 1,57 de alto. Es, por tanto, relativamente corto y estrecho, pero bastante alto. Tiene una batalla sorprendentemente amplia, de 2,58 metros, mayor a la de modelos de más eslora. Esa base propicia habilitar una cabina insospechadamente amplia, con cuatro plazas y un maletero de 238 a 351 litros, dependiendo de dónde se fije el asiento trasero. Hyundai ofrece dos variantes del Inster. La más sencilla y barata asocia motor de 97 CV y batería de 42 kWh; la otra combina un bloque de 115 CV y un acumulador de 49 kWh. Reclama 13.890 euros por la primera, una vez deducida la subvención del Plan Moves y el incentivo por financiación. El Inster es capaz de recorrer hasta 370 km, autonomía que según la marca puede llegar a 500 circulando siempre en ciudad. Nacido como urbanita, este compacto a pilas también se atreve con incursiones por carretera. Permite repostajes rápidos, del 10 al 80% en media hora, gracias a una potencia de recarga de hasta 73 kW.

Leapmotor T03

Leapmotor T03. El precio es la mejor carta de presentación del T03, el utilitario enchufado de Leapmotor. La marca china del grupo Stellantis lo publicita desde 10.700 € tras maquillar el PVP con las subvenciones públicas. A cambio de esa cantidad ofrece un coche con 95 CV que promete 265 km de alcance y llega provisto de un equipamiento cerrado bastante completo. El T03 es un coche de porte amable que ocupa 3,62 metros de largo, 1,55 de ancho y 1,65 de alto. Escueto pero capaz, acoge a bordo a cuatro adultos dejando casi un metro entre la banqueta y el techo, provisto de un gran tragaluz. El maletero ofrece 242 litros. Es ideal para callejear, pero asume puntuales salidas a carretera. Demuestra agilidad con giros cortos y progresando de 0 a 50 km/h en 3,7 segundos. Su comedido consumo eléctrico permite elevar la autonomía urbana a 395 km. Ofrece tres modos de conducción y otros tres tactos de dirección. Se recarga con corriente alterna y continua; en este tipo de tomas necesita un mínimo de 36 minutos para recuperar el 80 % de la batería. El T03 dispone de ayudas a la conducción como control de crucero adaptativo, advertencia de colisión frontal, frenado de emergencia autónomo, aviso de cambio de carril y detección de obstáculos en el punto ciego. Equipa también seis airbags, cuadro de instrumentos digital de 8 pulgadas y pantalla central de 10, llave por Bluetooth en el móvil, control remoto del aire acondicionado, llantas de aleación, actualizaciones de software a distancia, etc.