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Grande Panda, un inspirado eléctrico con alternativa a gasolina

Fiat alborota el mercado de los turismos compactos con esta creación de estética rompedora y precio tentador; propone una declinación a batería de 118 CV y otra de combustión mild hybrid con 100 CV

Grande Panda, un inspirado eléctrico con alternativa a gasolina

Un coche que entra por los ojos y encaja en el bolsillo arranca con muchas probabilidades de convertirse en un éxito. No es una teoría infalible, pero se cumple con regularidad desde que las ruedas son redondas. Eso explica las buenas expectativas que el nuevo Grande Panda suscita en Fiat, deseosa de dejar atrás las horas bajas. La última aportación de la casa italiana es un singular turismo compacto, ataviado con un atrevido atuendo de trazas SUV para distinguirse de una competencia que cultiva estilos más previsibles. El Grande Panda plantea dos opciones motrices. La políticamente correcta es 100% eléctrica, entrega 118 CV y augura 320 km de autonomía; reclama al menos 25.450 € sin contar subvenciones. Mejor porvenir espera a la alternativa animada por un bloque de gasolina con hibridación ligera que rinde 100 CV; parte de 18.950 €.

El diseño es la gran credencial de este automóvil, con el que Fiat aspira a reverdecer laureles en el popular segmento B que antaño dominaba. El equipo creativo de la firma ha desarrollado uno de esos coches virtuosos, pequeños por fuera y grandes por dentro. Además, desde el punto de vista puramente estético, su labor no deja indiferente a nadie y suscita muchos más aplausos que censuras.

El Grande Panda, que evoca algunos rasgos del precursor aparecido en 1980, juega en la categoría inmediatamente superior. Construido sobre la Smart Car Platform que sustenta a varios modelos de marcas del consorcio Stellantis, mide 3,99 metros de largo, 1,57 de alto, 1,76 de ancho y 2,54 entre ejes. Esas dimensiones, unidas a la hechura bastante cuadriforme de su carrocería, propician un interesante aprovechamiento del espacio interior.

Acomoda en dos buenos asientos delanteros a personas de cualquier tamaño y admite otras dos de talla normal tras ellas; no es buena idea completar el aforo teórico de cinco plazas estabulando a un tercer inquilino en el asiento posterior. El cofre trasero ofrece 412 litros para equipaje (contando también el hueco existente bajo el piso) en la versión térmica, bastante más que cualquiera de sus competidores directos, sean SUV o turismos; la variante eléctrica, con un maletero de 361 litros útiles, también aventaja a todos sus rivales.

El Centro Stile de la marca ha dotado de poderosas señas de identidad al modelo. Este planta cara con una llamativa parrilla pixelada de fondo oscuro, con el nombre de Fiat a la izquierda, flanqueada por ópticas LED con firma lumínica en forma de X. El Grande Panda luce pasos de rueda prominentes remarcados por aparatosos arcos protectores de fibra oscura, así como barras de techo típicas de la antigua versión 4x4. El huecorrelieve de grandes letras formando la palabra PANDA a lo largo de los flancos da la nota de originalidad al conjunto. Una segunda inscripción graba el nombre del fabricante a la izquierda del portón posterior.

La puesta en escena interior recibe pinceladas de color, pero es un poco más minimalista. Juega con materiales sencillos, en buena medida procedentes del reciclaje. La primera impresión sugiere más funcionalidad que refinamiento; los acabados parecen correctos. La cabina presenta un puesto de mandos provisto de un volante achatado por arriba y por abajo. Agrupa los controles -pantallas del cuadro de instrumentos (25 cm) y del sistema multimedia (26 cm)- dentro de un óvalo que pretende evocar el trazado de pruebas que aún conserva en su tejado la antigua factoría Fiat de Lingotto en Turín.

EQUIPAMIENTO

CUESTIÓN DE PRECIO

ADAS. El equipamiento del Grande Panda crece en paralelo al precio, ley universal que depara versiones iniciales modestas y más asequibles; se llaman Pop en la motorización híbrida y Red en la eléctrica. Salen de fábrica con un paquete de ayudas a la conducción (ADAS) que incluye asistencia de aparcamiento trasero, control de crucero, limitador de velocidad, freno de seguridad activo y asistencia de mantenimiento de carril (redirige suavemente el vehículo si el conductor se desvía involuntariamente). Alerta, asimismo, sobre límites de velocidad y posibles pérdidas de atención al volante, de puertas o maletero sin cerrar. Se completa con aire acondicionado manual, cambio automático, freno de estacionamiento eléctrico y conexión para smartphone. La variante a gasolina sugiere dos definiciones con contenidos y costes superiores, Icon y La Prima, que exigen desembolsos adicionales de 1.500 y 4.000 €; la de pilas solamente añade esta última, más dotada y refinada, que reclama 3.000 € más.