La seguridad vial es un asunto de vital importancia que no solo se basa en el respeto a las normas de circulación, sino también en la salud del conductor.

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha señalado en diversas ocasiones que es crucial no solo someterse a exámenes psicotécnicos periódicos, sino también ser consciente de las condiciones de salud que pueden afectar la capacidad de conducir.

En este contexto, hay enfermedades que, a pesar de ser comunes y parecer inofensivas, pueden tener un impacto significativo en la seguridad en las carreteras.

La importancia de la salud ocular

La salud ocular es fundamental para una conducción segura. La visión es uno de los sentidos más importantes al volante, ya que permite detectar señales de tráfico, otros vehículos y obstáculos en la carretera. La DGT ha hecho hincapié en que condiciones como la conjuntivitis pueden deteriorar la capacidad visual de un conductor, lo que representa un riesgo considerable.

La conjuntivitis, una inflamación de la membrana que recubre el ojo, puede tener diversas causas, desde infecciones virales o bacterianas hasta alergias. Los síntomas típicos incluyen ojos rojos, picazón, ardor, lagrimeo y, en algunos casos, visión borrosa. Estos efectos pueden dificultar la percepción visual y la reacción ante situaciones imprevistas en la carretera, lo que aumenta las posibilidades de accidentes.

La DGT, en su publicación “Ojos que no ven, riesgo vial”, alerta sobre los peligros asociados a la conducción con conjuntivitis. Según el organismo, “sea cual sea su causa, las conjuntivitis generan un cuadro de síntomas que pueden afectar a la conducción”. La sensación de incomodidad y dolor ocular puede distraer al conductor y afectar su atención en la carretera.

Ojo rojo Freepik

Riesgos de conducir con conjuntivitis

La inflamación y el enrojecimiento de los ojos pueden reducir la agudeza visual, dificultando la identificación de señales de tráfico y otros vehículos. La DGT también advierte que, en casos severos, la hinchazón de los párpados puede limitar el campo visual, aumentando aún más el riesgo de accidentes.

Es importante destacar que la capacidad de reacción de un conductor se ve comprometida si su visión no es óptima. La velocidad de respuesta a situaciones críticas, como un vehículo que frena repentinamente o un peatón que cruza la carretera, es vital para evitar colisiones. Por lo tanto, los conductores que experimentan síntomas de conjuntivitis deben considerar la posibilidad de no conducir hasta que su salud ocular se normalice.

Hombre conduciendo Freepik

Prevención y responsabilidad

La prevención es clave para garantizar la seguridad vial. La DGT recomienda que cualquier conductor que presente síntomas de conjuntivitis consulte a un médico para recibir el tratamiento adecuado y evaluar si es seguro volver a conducir. Además, es esencial que los conductores se mantengan informados sobre su salud ocular y se realicen revisiones periódicas con un especialista.

Asimismo, el uso de gafas o lentes de contacto correctivas es fundamental para aquellos que necesitan mejorar su visión. El Reglamento General de Conductores establece que es necesario tener una agudeza binocular de al menos 0.5, con o sin corrección. Esto significa que, aunque no se esté obligado a utilizar gafas, si se pueden mejorar las condiciones visuales, es recomendable hacerlo para asegurar una conducción segura.