ELQ6 e-tron es un genuino SUV de Audi con 4,77 metros de eslora destinado a ocupar el amplio hueco de tamaño y precio que separaba al Q4 del Q8, las otras dos propuestas eléctricas hermanas. El recién llegado estrena una avanzada y versátil plataforma destinada a sustentar a los próximos modelos a batería del grupo Volkswagen (la emplea ya su primo el Porsche Macan). Hereda, asimismo, los últimos avances técnicos -ofrece de todo a quien se lo puede permitir-, gracias a los cuales brinda una dinámica de conducción excelente, con lo que se convierte en uno de los mejores productos de su categoría. Su menú plantea un abanico de potencia entre 185 y 380 kW (Audi lo convierte en 252 a 517 CV), con una versión ‘Performance’ que promete recorrer hasta 639 km. La tarifa comienza en 71.990 € y culmina en 104.900.
Producir y vender coches eléctricos se está poniendo difícil. Los fabricantes lo hacen un poco por convicción y algo más por imperativo legal, conscientes de que el invento no termina de convencer al gran público, como evidencian las matriculaciones. No obstante, empujadas por los gobiernos, las marcas perseveran en el desarrollo de esta tecnología limpia, una huida hacia delante condenada al fracaso mientras carezca del suficiente respaldo por parte de la clientela.
Así que el riesgo de creaciones extraordinariamente buenas como este Q6 e-tron es caer en saco roto y cosechar unas ventas tan testimoniales como las de otros muchos eléctricos precedentes. Sería una pena, porque el nuevo SUV intermedio a batería de Audi es un coche magnífico.
Su moderna concepción acerca la solución de algunos de los problemas fundamentales de los modelos a pilas: la autonomía limitada y la inmovilización para abastecerse. Las credenciales del Q6 e-tron dicen que puede recorrer 639 km seguidos y reponer el 80% del contenido de su batería en 21 minutos enchufado a una toma de alto rendimiento (admite hasta 270 kW).
El único inconveniente que no solventa este ni ningún otro eléctrico semejante es el del precio, demasiado elevado para contribuir a la popularización de la movilidad eléctrica. Como resulta obvio, cuanto mayor es el aporte tecnológico -el Q6 ofrece todo un recital-, más se infla la factura. Y aunque la del nuevo Audi arranca en 71.990 euros, no echa el freno hasta los 104.900 de la versión más sofisticada, prestacional y, claro está, apetecible.
De no mediar ese pequeño detalle de la tarifa, probablemente tan justa como contundente, el Q6 sería un coche idóneo para cualquier familia media. Muy pocas llegarían a comprobar alguna vez cuánto difiere la autonomía oficial declarada de la obtenida en un uso real cotidiano. En cambio, disfrutarían mucho de las cualidades de este vistoso SUV, diseñado con el troquel que distingue a los Audi de los demás coches, aunque no de otros Audi.
Casi tres metros (2,9 exactamente) de sus 4,77 de eslora -ocupa 1,94 m de ancho y 1,65 de alto-, corresponden a la separación de los ejes, lo que permite a cinco adultos viajar con notable holgura; el portaequipaje trasero tiene 526 litros y el delantero 64. Un poco más adelante se sumará a la oferta la habitual derivada formal Sportback de zaga afilada, que cambia una pequeña dosis de habitabilidad por una mayor de esbeltez.
La firma de los aros programa cuatro motorizaciones para el modelo. Abre la oferta la variante que asocia una batería de 83 kWh y un impulsor de 185 kW (equivalentes a unos 250 CV) que ofrece picos de 215 kW en el modo ‘overboost’ de sobresfuerzo; esa potencia se transmite a las ruedas traseras. Esta versión, anunciada desde 71.990 €, se mueve con soltura (pasa de 0 a 100 en 7 segundos) y homologa 533 km de autonomía.
En el segundo nivel aparece la propuesta Performance, cuyo único propulsor entrega 225 kW (Audi los convierte en 297 CV), rendimiento ampliable puntualmente hasta los 240. Aprovecha la ventaja para demostrar mayor agilidad (acelera hasta 100 km/h en 6,6 segundos). Su batería de 100 kWh, común a las demás versiones superiores, permite alardear de 639 km de autonomía oficial.
No queda tan lejos de ese registro el alcance acreditado por la interpretación Quattro del Q6, que declara 622 km. Instala un motor en cada eje para obtener una potencia conjunta de 285 kW (388 CV), con momentos de 326 kW, además de tracción a las cuatro ruedas. Repite la velocidad punta del Performance (210 km/h), pero recorta en 0,7 segundos el tiempo de aceleración. En la cúspide de la oferta del modelo asoma la variante deportiva SQ6 e-tron (104.900 €). Sus dos propulsores arrojan un rendimiento de 360 a 380 kW (la marca los convierte en 517 CV). Ese derroche de energía propicia lanzar sus 2.350 kg de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y, en el escenario adecuado, rodar a un máximo de 230 km/h. Constatar a menudo esas facultades es incapacita para acercarse a los 590 km de alcance prometidos.
DISEÑO
ESCENARIO DIGITAL A BORDO
Pantallas. Lo que más sorprende en el diseño del Q6 no es el dinamismo y la elegancia de su estampa, sino la concepción interior. Más concretamente el puesto de mandos, que integra una pantalla panorámica Audi MMI y propone otra para el acompañante. La primera es doble, emplea tecnología OLED y muestra un diseño curvado orientado hacia quien conduce; combina el virtual cockpit de 30,2 cm (11,9 pulgadas) situado tras el volante y la pantalla táctil MMI touch de 36,8 cm (14,5 pulgadas) en el centro. La iluminación ambiental confiere una sensación flotante al conjunto. Audi propone también una pantalla más, de 27,7 cm (10,9 pulgadas), integrada en el salpicadero frente al copiloto. Facilita acceso rápido a algunas funciones (navegación, audio, climatizador, etc.) y permite al acompañante disfrutar de recursos de entretenimiento (juegos, películas o series en streaming, etc. sin distraer al conductor. Además, el Q6 oferta un espectacular head up display que proyecta de datos de conducción en el parabrisas; su único inconveniente es el precio (unos 4.000 €).