Citroën se ha tomado en serio la transición energética, consciente de que puede ser un trampolín para dar el salto adelante que vuelva a consolidarla entre las grandes marcas. Nuno Coutinho, máximo responsable de la firma en la península, anunciaba ese propósito la semana pasada al presentar los resultados de 2023. Proclamó la voluntad de entrar “en el pelotón de cabeza” de un mercado “que está creciendo mucho y va a seguir creciendo”, apuntando a continuación que para Citroën este “quizá sea el más importante de los últimos diez años”.

En la casa francesa ilusiona la buena posición alcanzada en la categoría de los BEV (Battery Electric Vehicles), al acabar el año en tercera posición. Las matriculaciones eléctricas de Citroën aumentaron un 82%, ocho puntos más que las del conjunto de marcas en este segmento. El estreno del ë-C3, un coche eminentemente práctico, con un diseño simpático y un precio sorprendentemente contenido, dispara esas expectativas.

Para contribuir a una movilidad más sostenible, el inminente compacto contará con valiosos escuderos. Por un lado, están los demás integrantes a pilas de la gama, comenzando por el ë-C4 y siguiendo por las variantes cero emisiones de los vehículos comerciales. Además, la oferta de motorizaciones mixtas va a aumentar con la incorporación de candidaturas Mild Hybrid a 48V (con 100 y 136 CV); son alternativas sencillas y asequibles a las interpretaciones con hibridación enchufable ya disponibles en el C5 Aircross y en el C5 X. Las propuestas con hibridación suave ostentarán etiqueta ‘Eco’; las eléctricas puras y las PHEV lucen el distintivo medioambiental ‘0’.