La decidida apuesta de Peugeot por la electrificación condiciona el desarrollo de la gama motriz del nuevo 408. A la espera de las variantes ‘mild hybrid’ y 100% eléctrica, el menú inicial queda algo descompensado por la decisión de prescindir de bloques a gasóleo. Además, el constructor limita el empleo de unidades a gasolina, destinándolas a animar la versión de acceso al modelo y a coprotagonizar las dos propuestas híbridas enchufables.

El 408 es un coche de su tiempo, que es el del paulatino adiós por decreto a las motorizaciones térmicas. En consecuencia, despliega un catálogo que reniega de una parte del pasado de la firma y concede máximo protagonismo a la electrificación. Ese menú excluye el diésel, carburante que Peugeot ha promovido con entusiasmo hasta ayer con sus bloques BlueHDi, y limita el uso de motores gasolina a una función casi auxiliar. El dogma de la transición energética manda y los fabricantes obedecen.

En este caso, Peugeot lo hace proponiendo en el 408 una gama motriz inicial limitada. La integran un bloque a gasolina y dos híbridos recargables. El primero es el Pure Tech de tres cilindros, cuyos 130 CV se antojan escasos a la hora de circular con cierta alegría o con aforo completo. Las alternativas son dos sistemas de impulsión mixta enchufables. Combinan un bloque eléctrico de 110 CV, asociado a una batería de 12,4 kWh, con un motor de gasolina que presenta dos niveles de potencia (150 y 180 CV), diferencia que determina el rendimiento conjunto final: 180 y 225 CV.

Estas versiones PHEV, que permiten cubrir hasta 63 km en modo eléctrico, constituyen opciones de compra razonables para quien disponga de los medios necesarios, tanto financieros (parten de 43.750 y 46.500 euros) como de logística de recarga. Sin acceso garantizado a una toma de corriente o sin disciplina para reabastecer la batería con asiduidad, se desaprovechan las ventajas económicas y medioambientales de la electricidad. En ese caso, los híbridos enchufables se convierten en meros modelos a gasolina, caros y con sobrepeso.

A lo largo de este año, la casa francesa del león va a tener a punto sus primeros motores con hibridación ligera a 48V. Esta tecnología llegará también al 408, que la recibirá después que otros miembros de la familia. Por lo que se sabe hasta ahora, habrá dos de estas variantes ‘mild hybrid’, basadas en el citado motor 1.2 Pure Tech, una de 100 CV y otra con 136. Ambas irán asociadas a una nueva caja automática de doble embrague con seis relaciones, a la que se acopla el pequeño bloque eléctrico auxiliar de 21 kW (28,6 CV). Su contribución propicia, según el fabricante, un aumento del par motor a bajas revoluciones y un 15% de reducción en el consumo en comparación con motores térmicos equiparables, evitando la mitad de las emisiones en los desplazamientos urbanos.

El elenco motriz del modelo se completará, a final del ejercicio actual o comienzos del próximo, con la incorporación de la versión plenamente eléctrica. Esta declinación e-408 asumirá la nueva solución que van adoptando sus hermanos: tras el e-208, vienen los e-308 y e-308 SW, agendados antes que el e-3008 y el e-5008. Todos estos derivados a pilas comparten un sistema impulsor integrado por un bloque de 115 kW, potencia equivalente a 156 CV, y una batería de 50 kWh. La combinación augura una autonomía del orden de 400 km, así como un comedido nivel de consumo eléctrico (12,7 kWh cada cien kilómetros).

Detalle del original frontal del 408.

Peugeot opta, en todos los casos, por remitir la energía a las ruedas delanteras con ayuda de una transmisión automática, normalmente la EAT8. Esa regla cambiará en la segunda mitad de este año con el lanzamiento del e-3008, modelo que estrenará plataforma y prepara tres interpretaciones; una promete más de 700 km de alcance y otra montará dos motores para ofrecer tracción integral.

El objetivo de la firma francesa es disponer este año de una versión eléctrica de cada modelo de la gama. Su compromiso es que en 2030 toda su oferta sea 100% eléctrica.