RetroClásica Bilbao: No son los años, son los kilómetros

La de RetroClásica es una de esas propuestas transversales, dirigidas tanto a entendidos y amantes de las dos y las cuatro ruedas como a aquellas personas a las que el mundo del motor no les despierta un interés especial. Para los primeros, los alicientes son obvios; para las otras, el certamen es una oportunidad de conocimiento, casi antropológico, sobre el modo en que viajaban sus antepasados. Porque hoy se habla de metaverso y de inteligencia artificial, pero hubo un tiempo en el que el asistente de conducción se llamaba Begoña, José Luis o Mariví, decía “¡cuidaooo!” en los cruces y te pasaba la botella con agua fresca cada poco. Por esa misma época, en la que el medio ambiente aún estaba casi entero, el sistema de navegación tenía tapas de cartón y era preciso desplegarlo para encontrar la ruta. Y, en vez de puñeteros y escasos microchips, había bujías, chiclés y carburadores.

Así que para valorar todos los progresos que hoy hacen la vida más fácil y segura, y de paso disfrutar contemplando fascinantes creaciones del pasado, conviene acercarse al BEC entre el viernes y el domingo. Allí aguardará a las visitas una heterogénea, añeja e irrepetible colección de automóviles y motocicletas.

Destaca en ese repertorio la ya habitual presencia de una selección de joyas pertenecientes a la colección del Museo Torre Loizaga. Este año la representan tres ejemplares de Rolls Royce –un Silver Dawn de 1955, un Silver Cloud II de 1961 y un Silver Shadow Coupé de 1970–, además de un espectacular Bentley 3.5 Saloon de 1934.

Otro de los protagonistas destacados del evento va a ser el R5. El popular compacto de Renault cumple medio siglo, efeméride que se conmemora con una exposición que relata esos cinco decenios en activo por medio de unidades de sus distintas ediciones. Incluye desde un 950 TL de los albores hasta un Turbo 2 ‘culo gordo’ con genes deportivos.

No faltará a la convocatoria el Club Plentzia Classic, que ha preparado un monográfico dedicado a las motocicletas Honda. En él mostrará piezas difíciles de ver, como una CR 125 Elsinore de cross, una TLR 200 de trial, un ciclomotor PF50 o una C110. No menos singular es el ejemplar de Bristol 402 que exhibirá el stand del Automóvil Clásico de Euskadi. Es una de las 26 unidades del deportivo fabricadas a nivel mundial, que fue adquirida y matriculada en Bilbao a mediados del siglo pasado. Por su parte, el Club Clásicos del Este homenajeará al Lada Niva, que alcanza su 45 aniversario, presentando una amplia variedad de versiones, entre ellas una que participó en el Dakar; también va a exponer modelos Volga y Škoda.

Otra entidad siempre fiel a la cita es el club Goggomobil, que volverá a acercar al BEC algunos de esos productos de antaño ‘made in Euskadi’. Presentará al público una insólita furgoneta con toldo, versión con motor de 350 CC que forma parte de las escasas supervivientes de la reducida serie fabricada en 1964 en Munisa. El propio grupo Beltrán y Casado, fabricante del Goggomobil, ensambló también la Peugeot Movesa TC 125 de 1954, de la que se va exponer un ejemplar recientemente restaurado. Estará acompañado por la potente NSU Max, fabricada bajo licencia por Luis Bejarano en la planta que existió en Lutxana Barakaldo.