LA última creación de Mazda insiste en el estilo SUV, fuente de múltiples satisfacciones por la buena acogida del mercado. El escalafón ascendente -CX-30, MX-30 y CX-5- suma un nuevo peldaño para coronar la oferta crossover. Lo ocupa el CX-60, producto estandarte tanto por tamaño (mide 4,75 metros de largo) como por prestancia y tecnología. Es el modelo elegido por la firma japonesa para dar a conocer su primer sistema de impulsión PHEV, híbrido enchufable con etiqueta medioambiental ‘0’. El CX-60 debuta con esta motorización mixta, que reparte sus 327 CV entre las cuatro ruedas; está disponible desde 52.115 euros. A comienzos de 2023 sumará alternativas diésel microhibridadas de seis cilindros, con 200 y 254 CV, por las que hay que desembolsar de 48.719 a 59.419 euros.

El mayor de la familia -lo será hasta que aparezca el CX-80, reinterpretación alargada con siete plazas- es una ambiciosa creación acorde a los meticulosos criterios de diseño y calidad aplicados a los demás Mazda. El novato los traslada al segmento de los SUV más corpulentos y capaces.

El CX-60 ocupa 4,745 metros de largo, 1,89 de ancho y 1,68 de alto; distancia sus ejes 2,87 m con el fin de conseguir la amplitud necesaria para acomodar a bordo hasta cinco adultos con equipaje. El habitáculo destaca por su anchura, al brindar 1,5 metros a la altura de los hombros en las plazas delanteras y 1,44 en las traseras; son 44 y 50 milímetros más, respectivamente, que en el CX-5. Esas cotas propician encontrar una postura cómoda a personas de cierta corpulencia. El hueco de carga posterior procura 570 litros, contando el compartimento inferior; el volumen total útil se amplía a 1.148 litros abatiendo los asientos traseros, y a 1.726 litros si se aprovecha toda la capacidad de carga del suelo al techo.

Disfruta de abundantes dotaciones de protección y de asistencia a la conducción (Mazda los engloba en el paquete i-Activsense). Este bagaje proporciona una seguridad valorada con 5 estrellas por EuroNCAP. El CX-60 incorpora varias tecnologías innovadoras. Es el caso del See-Through View, un monitor de visión 360° que amplía el campo de visión durante la circulación a baja velocidad. El modelo dispone, asimismo de Control de descenso de pendientes, Cruise Control con limitador de velocidad basado en el reconocimiento de señales de tráfico, y sistema de detección de vehículos que se aproximan por detrás.