Hace treinta años, el director general de Hyundai era becario. La marca surcoreana era una anécdota en un mercado que se repartían media docena de firmas tradicionales. Hoy alguna de ellas languidece, mientras Hyundai disfruta del favor del público. La vida da muchas vueltas. Pero, en este caso, no son fortuitas, sino fruto de un tenaz empeño en mejorar. Para comprobarlo no hay más que comparar lo que representaba el Lantra en 1992 y lo que supone hoy un Tucson. 

Hyundai aterrizó en Europa a finales de los ochenta. Empezó comercializando en el Reino Unido el Stellar, una berlina con silueta rectilínea de tres cuerpos diseñada por Giugiaro. Más que el diseño, el principal argumento de ventas para atraer al público era su carácter práctico y su precio asequible. Esas mismas premisas marcaron la expansión de la firma al resto del continente. El comienzo de su actividad comercial en el mercado español se produjo en 1992, con el lanzamiento de tres modelos: S-Coupe, Lantra y Sonata. En el primer ejercicio completo se vendieron menos de dos mil ejemplares. Nadie podía imaginar que aquella sencilla marca sin pretensiones acumularía al cabo de tres décadas más de 1.080.000 clientes. 

La transformación de compañía con connotaciones ‘low cost’ en generalista de calidad solo se explica con una decidida estrategia de mejora constante. Esta queda patente gracias a la perspectiva que brindan los años. Hyundai ha ido asimilando poco a poco las pautas de diseño y calidad vigentes a este lado del planeta. También ha acercado los centros de producción al viejo continente, instalándose primero en Turquía (1997) y luego en la república Checa (2006). Entre ambos centros ensamblan medio millón de vehículos cada año.

Para captar mejor el estilo, la tecnología y la conducción europeas, Hyundai Motor inauguró en 2003 en Rüsselsheim (Alemania) un moderno centro de diseño e ingeniería, que actualmente cuenta con más de trescientos especialistas. Diez años después abrió en el circuito de Nürburgring el mayor centro de pruebas, destinado a evaluar la calidad, la durabilidad y el rendimiento de sus futuros modelos.

La trayectoria que ha ido encumbrando a la firma, esta jalonada de productos que iban elevando paulatinamente el listón del diseño y la calidad. Entre los hitos más destacados figuran creaciones como el Coupé, que popularizó este formato deportivo, y el primer Santa Fe, verdadero promotor del concepto de todocamino hoy conocido como SUV. 

Esa progresiva sofisticación ha ido agregando refinamiento y tecnología cada vez más puntera a los modelos de la casa. Y eso tiene una inevitable repercusión en el precio, que es el esperable en automóviles de ese nivel. Por tanto, Hyundai nada tiene que envidiar a cualquiera de los productos equiparables ofrecidos por las principales marcas generalistas. 

La combinación de imagen, prestigio y calidad impulsa a Hyundai a los primeros puestos del mercado. Figura en la terna que empata aspirando a la segunda plaza del escalafón de marcas en 2022. El Tucson, su producto estrella, lidera holgadamente la categoría SUV hegemónica y es segundo en la clasificación absoluta de modelos más vendidos.