AS primeras unidades del Sportage comienzan a llegar a los concesionarios de Kia, listos para ponerlas en manos de la clientela más madrugadora. De ella forman parte un buen número de personas que han mostrado la confianza necesaria para adquirir el modelo ‘sobre plano’, sin más referencias que una escueta colección de imágenes y, eso sí, los impecables antecedentes de la remesa saliente. Hereda de ella la conocida denominación, cierta inspiración formal y un valioso legado genético. No obstante, el nuevo Sportage es, a todas luces, más y mejor coche que su predecesor; y también que la mayoría de sus rivales. Kia propone diversos acabados y vertientes motrices (diésel y gasolina con y sin hibridación ligera, híbrida autorrecargable e híbrida enchufable), entre 115 y 265 CV. Sumando descuentos y bonificaciones por financiación, la más sencilla se puede conseguir por 23.500 euros.

Quienes se acerquen a un distribuidor de la firma descubrirán cómo, a partir de los buenos mimbres de la generación anterior, el nuevo lenguaje de diseño y los últimos avances de la tecnología se alían para originar un serio pretendiente al trono de la categoría SUV. El proyecto de Kia no solo ambiciona liderar la clase media, también pone en un compromiso -“moja la oreja”, que diría un castizo- a algún que otro candidato con aspiraciones y tarifa Premium.

Esquivando el debate estético, porque las preferencias en ese ámbito pueden ser legítimamente dispares, no queda más remedio que reconocer el salto de calidad generalizada que experimenta esta quinta entrega del Sportage. Muestra un empaque claramente superior, sensación constatable por detalles como la mayor habitabilidad y la mejora en la calidad de los materiales empleados en su confección.

El recién llegado estrena plataforma -es la misma que utiliza su primo el Hyundai Tucson- y presenta una nueva hechura. El tamaño, no obstante, es semejante al conocido. La edición actual, que ocupa 4,51 metros de largo, se estiliza al recortar unos milímetros la anchura y la altura. A pesar de ello, y de la mínima ampliación de la distancia entre los ejes, su moderna concepción permite al Sportage presentar una cabina holgada y confortable; destaca por la buena habitabilidad de sus plazas traseras y por la capacidad del maletero (de 546 a 620 litros, dependiendo de la motorización).

Otro detalle llamativo del diseño interior es su moderno y vistoso puesto de mandos, que enfrenta un juego de dos pantallas táctiles de idéntica medida (12,3 pulgadas); la situada tras el volante hace las veces de cuadro de instrumentos, mientras que la central controla las funciones del sistema multimedia (conectividad, navegación, etc.).

La sensación inicial de calidad que transmite el modelo se acentúa paulatinamente, a medida que aumenta el desembolso y se asciende en la escala de acabados. Kia propone cuatro puestas en escena sucesivas para el nuevo SUV: Concept, Drive, Tech y GT-line. Cada una de ellas da una vuelta de rosca a la anterior, refinando los ingredientes y la decoración, además de engrosar las dotaciones de seguridad y confort. Así pues, las variantes más ambiciosas y costosas hacen acopio de todo tipo de recursos, incluyendo los últimos sistemas de asistencia a la conducción.