Ibiza a la última

SEAT prepara para antes de verano la renovación del Ibiza, que se puede considerar profunda no por su intensidad sino porque afecta principalmente al interior. La puesta al corriente del popular modelo respeta hasta tal punto la estética conocida que solamente altera el diseño de las llantas. Algo bien distinto sucede a bordo, donde se modifica sustancialmente la configuración de la consola y el puesto de mandos, provistos ahora de un volante multifunción y de pantallas flotantes de mayor tamaño (21 cm de serie y 23,4 opcional).

Una de las finalidades de la evolución es mejorar la conectividad. Ofrecerá vinculación inalámbrica Full Link para los dos protocolos (CarPlay y Android), y abrirá nuevas posibilidades de interacción coche-persona por medio del sistema de reconocimiento de voz disponible en modelos como el León. Además, la aplicación de la marca brinda múltiples servicios remotos. La vuelta de rosca tecnológica permite que el Ibiza disfrute de un menú de sistemas de asistencia más completo, que lo acerca a la conducción semiautónoma.

Tras la decisión de prescindir de propulsores a gasóleo, la oferta mecánica contiene seis candidatos de gasolina (con potencias desde 80 a 150 CV), uno de los cuales permite compatibilizar este combustible con el GNC (rinde 90 CV). El modelo continúa dando a elegir entre cajas de cambios manual y automática DSG.