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Marc Márquez abre las puertas de la victoria a Bagnaia

El catalán sufre una caída cuando lideraba implacable en Austin y sirve la gloria en bandeja al italiano, que estrecha las diferencias en el Mundial, donde ahora lidera Álex tras acabar segundo

Marc Márquez abre las puertas de la victoria a BagnaiaEFE

Al aterrizar en Austin hizo un comentario sobre sus opciones de firmar una nueva victoria en el Gran Premio de Las Américas, su lugar predilecto, donde cosecha récords. El enemigo de Marc Márquez sería Marc Márquez, sentenció el propio Marc. Una batalla contra uno mismo, porque ha demostrado ser el piloto más rápido del momento. Su ritmo es propio de los dioses del motociclismo. Pero olvidar que uno es humano resulta un pecado capital. En esa búsqueda de la velocidad, de la excelencia, uno también se entromete en la persecución de los límites, esas fronteras del equilibrio. Ambicioso como es, buscaba prolongar su pleno de triunfos. Todo iba encarrilado, liderando con holgura, cuando un error "gravísimo" provocó una caída que abrió de par en par las puertas de la victoria a Francesco Bagnaia, que rodaba segundo, por delante de Álex Márquez, que al concluir en la segunda plaza se convirtió en el nuevo líder del campeonato. Austin ha marcado un punto de inflexión que demuestra que los títulos no se conquistan en los albores de una nueva temporada. Toda la perfección trazada por Marc hasta el momento se ha esfumado de golpe y porrazo con un solo fallo.

Los instantes previos a tomar la salida fueron caóticos. La prueba se declaró sobre mojado. La gran mayoría decidió instalar neumáticos rayados. Pero en el último instante, esa misma mayoría optó por montar los lisos. Marc Márquez tomó la iniciativa. Esperó hasta el último momento para dirigirse hacia su garaje y coger la segunda moto, proceder que emularon los demás. Todos ellos partirían desde el pit lane, pero como el límite está en diez pilotos, la organización tuvo que ondear la bandera roja. La salida se canceló y se retrasó diez minutos. Entonces sí, todos calzaron los slicks para retomar el protocolo de salida. En paralelo, el coche de seguridad tuvo un accidente en la vuelta de reconocimiento. Los nervios se multiplicaron. La prueba se desarrollaría a 19 vueltas en lugar de 20.

Nada más dispararse la carrera, Marc cobró una ventaja abismal. En una vuelta incrustó un segundo entre su Ducati y la de Álex Márquez. Se intuía un paseo por Austin. En la cuarta vuelta Bagnaia logró por fin consolidar su adelantamiento a Álex tras varios intentos previos. El italiano rodaba entonces a 1,4 segundos de Marc y en solo un giro ocupando la segunda posición rebajó la diferencia tres décimas. Se desabrochaba la emoción.

Aunque Marc redujo la incertidumbre en la siguiente vuelta, cuando registró un nuevo récord del circuito para apagar la euforia de Bagnaia. Una reacción despiadada. La diferencia se fue por encima de los dos segundos. Todo parecía visto para sentencia. Se volvía a plasmar el dominio visto en este arranque de campeonato.

Un error "gravísimo", dice Marc

En el noveno giro, Marc, quizá en un exceso de confianza o falto de concentración al rodar tan distante, pisó el piano en la primera de las curvas enlazadas, esas que tanto le han dado. Perdió el control y se fue al suelo, donde resbaló sin soltar el manillar, tratando de aferrase a la carrera. Levantó la moto sin el estribo derecho, en la decimoctava posición. Puro pundonor. Pero en la vuelta 13 enfiló el pasillo de los garajes. Abandonó, al igual que el año pasado. “He entendido en el warm up que ese punto estaba complicado”, diría Bagnaia a la postre. La mejor noticia para Marc fue haber resultado ileso. “He perdido esa batalla (de Marc contra Marc). Estaba muy concentrado y ese era uno de los puntos fuertes míos en este circuito. Ayer no era Superman y hoy tampoco es un desastre: cometiendo un gravísimo error estamos a un punto del líder”, analizó Marc.

De este modo, las puertas de la victoria quedaron abiertas de par en par para Bagnaia, que dejó atrás a Álex, que a su vez metió tierra de por medio sobre las VR46 de Fabio Di Giannantonio y Franco Morbidelli, tercero y cuarto, respectivamente. “Tenemos el regalo de Marc, pero las carreras son así”, dijo Di Giannantonio.

Bagnaia celebró con euforia tras sembrar las dudas al ser ampliamente superado por Marc y también por Álex, que pilota la Ducati satélite. “Me he quedado afónico; he estado chillando toda la última vuelta. Estoy muy contento de volver a lo más alto del podio después de un momento difícil”, confesó el italiano, que con su victoria número 30 en la categoría reina se convirtió en el décimo piloto de la historia en conseguirlo. El golpe anímico de ceder el curso pasado ante Jorge Martín, otro a lomos de una moto satélite, fue duro. Este año la agonía se prolongaba. Pero Austin ha podido dar un giro a la situación. Desde luego, Pecco sale reforzado.

Álex Márquez, por su parte, rubricó la sexta segunda posición del curso. Pese a que nunca ha logrado una victoria en la máxima cilindrada, es por primera vez líder de MotoGP. “Soy míster segundo, pero al final rinde sus frutos”, celebró el menor de los hermanos, que adelanta a Marc en la clasificación por un punto de diferencia, mientras que Bagnaia aparece doce por debajo, es decir a tiro de un triunfo en carrera al esprint.