Cuando se trata de nuestras mascotas, siempre estamos dispuestos a darles lo mejor. Que estén fresquitos en las olas de calor, que se protejan del frío, que coman lo más adecuado para su fisionomía y que se sientan lo más amados posible. Si estamos continuamente pendientes de qué le puede faltar a nuestro peludo para que sea el perro, gato o animal más feliz, también tenemos que pensar en qué se lleva a la boca.
Normalmente cuando alguien habla de ‘llevar a la boca’ se suelen referir a los alimentos que les damos, pero en esta ocasión estaremos hablando también de los juguetes para perros.
Juguetes para perros
Los avances en las investigaciones perrunas también han cubierto el ámbito de los juguetes. Hay miles de tipos de divertimentos para los canes, pero hay que saber bien cuál es el adecuado para tu perro.
Hay que tener en cuenta las piezas pequeñas, el tamaño, el relleno de dentro… y lo más importante, el material. Se han estado haciendo pruebas sanguíneas y se ha descubierto que algunos de los juguetes masticables para perros contienen un componente químico perjudicial a largo plazo.
Se trata del Bisfenol A (BFA) y se utiliza para la fabricación de miles de juguetes para perros. Este componente está prohibido para consumo humano por sus peligros sanitarios, pero se sigue utilizando, y en gran medida, para las mascotas.
La dificultad de saber si este químico se encuentra entre los juguetes favoritos de tus mascota no es fácil, pero se puede conseguir. En España, el límite de Bisfenol es de 0,1 miligramos por metro cúbico del producto final. Sin embargo, esto no se aplica a los juguetes importados.
Especialmente en la era de las compras online tendemos a meter al carrito lo más barato, pero para saber si los juguetes que tienes por casa o que quieras comprar sean de buena calidad, hay que soltar un poco el bolsillo. Todo lo que sea duradero, de buen prestigio y recomendado por veterinarios y expertos en mascotas será lo mejor para que tu perro y tú disfruteis sin miedo alguno.
Bisfenol A
Este químico no solo se da en los juguetes, sogas o peluches para perros; también se ha encontrado en múltiples latas de comida. Un estudio de la Universidad de Missouri publicado en 2017 advierte que, incluso a corto plazo, el Bisfenol puede alterar la circulación sanguínea del perro, imitar hormonas y causar problemas de salud como trastornos reproductivos, enfermedades cardiovasculares y alteraciones metabólicas y neurológicas, según informa okdiario.
Además, en dicho estudio también se percataron de la presencia del BFA en el microbioma intestinal, produciendo cambios gastrointestinales que pueden modificar por completo la producción natural de bacterias beneficiosas para las paredes intestinales.
El siguiente experimento realizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU fue la clave para dar por nocivo al Bisfenol: durante dos semanas un grupo de 14 perros, que habitualmente comían pienso, fueron alimentados con comida húmeda de lata. Tras los días de prueba, se verificó que dicha comida había triplicado la presencia del químico en la sangre de los canes.
A su vez, la ingesta de este químico, tanto en peluches, juguetes o en la comida, puede causar a los perros más jóvenes grandes problemas en su sistema endocrino y derivar en obesidad. Otros problemas de salud relacionados con este químico incluyen infertilidad, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Otros componentes nocivos
- Plomo
- Bromo
- PVC
- Cromo y cadmio
- Formaldehído
Para saber y confiar en lo que damos a nuestras mascotas debemos preguntar antes a nuestro experto veterinario, ir a tiendas especializadas e intentar mirar la letra pequeña de los productos de los que no nos fiemos.