Daba igual lo que pasara en el primer intercambio de sopapos dialécticos en el Senado entre el presidente español y el recién encumbrado mesías del PP. Cada parroquia ya sabía que el ganador sería su chico. Y el chico de las cabeceras que miramos en esta sección ya saben quién es.

"Feijóo ya estorba a Sánchez", proclama ABC en primera como resumen del combate. Y añade: "El presidente eleva el tono y la agresividad en su primer cara a cara en el Senado y rechaza los ofrecimientos para hacer política de Estado". Al quite, y a falta de editorial, es el director del vetusto diario, Julián Quirós, el que saca punta al verbo de la tarde, estorbar: "Es muy sencillo, le estorbamos todos. Le sobra la oposición por supuesto, pero también le molesta el Jefe del Estado por su mera existencia, porque limita su expansividad, como le solivianta un poder judicial independiente que pueda frenar sus deseos y voluntades o incluso la voz crítica del gobernador del Banco de España".

En La Razón, el titular de primera no menciona a Sánchez sino a su residencia. La noticia, como ocurre en el periódico azulón, es de esas sacadas de la sobaquera: "Moncloa ordena ir a por Feijóo para frenar la caída en Andalucía". En la letra menuda, ya sí, unas líneas sobre el cara a cara en la cámara alta: "El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo ayer de oposición al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en su primer cara a cara en el Senado. Moncloa empieza a colocarse en el día después de la debacle andaluza y busca vías alternativas para debilitar el liderazgo de la oposición".

El director del periódico de la tilde rojigualda, Francisco Marhuenda, no se priva de ejercer de cronista. Chopecientos caracteres para llegar a esto: "Feijóo lo hizo muy bien mientras que Sánchez desaprovechó otra oportunidad".

El Mundo lleva hoy a primera el enésimo marrón en que anda el emérito, así que lo del Senado se queda en gran foto de los contendientes y un titular de tiradilla: "Sánchez rechaza la mano tendida de Feijóo: no estorbe". Aunque hay crónica de Jorge Bustos con el socorrido recurso de presentar la cosa como un combate de boxeo, esta vez apuesto por Santiago González para el entrecomillado: "Había en el líder de la oposición verdad y razón que Sánchez ni siquiera alcanzaba a barruntar. Pero como era de esperar, la oferta de mano abierta del presidente del PP, sin insultos y sin bronca, su propuesta de «sumar y construir» cayó en saco roto, en parte por el insuperable cinismo del inquilino de La Moncloa, el gobernante más impresentable que hemos conocido en democracia y que se permitió tachar de indecente a Rajoy en un debate electoral. El ambiente se enturbiará a medida que Sánchez se tema que el día 19 no llega con su Espadas al 30% de los votos".

El arriba mencionado Bustos no es el único que tira de símiles pugilísticos. También lo hace Cristian Campos en El Español: "Sánchez el resistente, rocoso fajador, no tenía problemas para ventilar una y otra vez a un boxeador como Casado que solía actuar espasmódicamente, como si tuviera un plan diferente para cada asalto, pero sin ninguna lógica subyacente. Pero veremos cómo le va al presidente con un judoka como Feijóo cuya estrategia será la de aprovechar la propia energía del contrario para anular su esfuerzo y mandarle una y otra vez al tatami. La única duda es la de cuántos costalazos harán falta para que Sánchez se dé cuenta de que Feijóo no es Casado, sino alguien bastante más peligroso para sus intereses".

Les voy terminando con dos capturas de El Debate. La primera la firma Mayte Alcaraz. Pronto van a comprobar de quién es forofa: "Preguntaba un señor con cara de presidente, con gafas de presidente, con verbo de presidente, con mayorías de presidente, con tono de presidente; y contestaba otro señor que, por contra, parecía un concejal de distrito venido a más, con facciones de guaperas de barrio y gesto indolente de quien se pregunta con movimientos de cabeza de pájaro sorprendido qué está pasando aquí".

Y lo reqteúltimo es de Ramón Pérez-Maura, que ve a Sánchez con pocas ganas de repetir: "El control al Gobierno en el Senado es una vez al mes. Se admiten apuestas. Quince a nada a que después de lo visto en esta primera confrontación, al presidente le van a surgir compromisos que le impiden comparecer en bastantes de las citas. Arrieritos somos".