Una alegoría antibelicista

De entre todas las obras que escribió a lo largo de su vida, al ser preguntada por su favorita, Ana María Matute lo tenía claro. Su preferida era ‘Olvidado Rey Gudú’. Un libro publicado en 1997 que incluso ha llegado a ser calificado como ‘clásico de culto’, y su autora, que formó parte de la Hispanic Society of America y fue miembro de la Real Academia Española -donde ocupó el asiento ‘K’- fue galardonada con el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra y recibió en 2010 el Premio Cervantes como reconocimiento a toda su carrera.

Y es que Matute (Barcelona, 1925-1994), es todo un exponente de la literatura española del siglo XX, especialmente de la novela española de posguerra.

Pero ‘Olvidado Rey Gudú’ es una novela totalmente distinta y muy especial, ya que además de erigirse como una alegoría en contra de la guerra, se trata de una novela universal, que narra “la historia de las emociones humanas”, tal y como ponen en valor los críticos. Su ambientación medieval está salpimentada, como las buenas fábulas, con ingredientes de la literatura fantástica, pero también se inspira en los libros de caballería y los cuentos de hadas. En ella, su autora narra el nacimiento y la expansión del Reino de Olar, una historia llena de aventuras y personajes.

Cobran gran protagonismo los paisajes simbólicos, que van desde el misterioso Norte, pasando por la inhóspita estepa del Este o el Sur, rico y exuberante, que limitan la expansión del Reino de Olar, en cuyo destino participan la astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del subsuelo.

Si al terminar ‘Olvidado Rey Gudú’ tienes ganas de leer otros libros de esta autora puedes seguir por sus dos últimas obras, ‘Paraíso inhabitado’ (2008) y ‘Aranmanoth’ (2000), o comenzar tu repaso desde ‘Los Abel’ (1947), ‘Fiesta al Noroeste’ (1952), ‘Pequeño teatro’ (Premio Planeta 1954) y ‘Los hijos muertos’ (Premio Nacional de Literatura 1959).