Iker Olaeta (Gernika, 33 años) es el segundo jugador más veterano del Gernika Rugby Taldea y el que más tiempo lleva en el club. Además, es capitán con galones. La jerarquía de Olaeta aparece cuando se mencionan de pasada las lecciones y valores del rugby: ya se sabe, trabajo en equipo, disciplina, solidaridad, espíritu deportivo, sacrificio… La conversación vira a los jóvenes y los recién llegados. Así que, ¿qué mensaje les transmite el experimentado capitán a las nuevas generaciones ahora que ya no están en la máxima categoría? “A veces me toca meterles en vereda y hacerles ver que, aunque hayamos estado en la División de Honor, esto no es llegar y besar el santo. No es fácil, requiere un esfuerzo. Muchos chavales creen que van a venir y jugar todos los partidos 80 minutos”, cuenta. 

En cuanto a los jugadores foráneos, les muestra algunas particularidades de Gernika; un lugar que se ha convertido en un símbolo por partida doble, tanto por el bombardeo fascista de 1937 que inmortalizó Picasso, como por el árbol sagrado de los vascos. “No es una gran ciudad, sino un pequeño pueblo de 17.000 habitantes con una historia muy potente detrás”, sintetiza. En el conjunto basurde el euskera juega un papel importante. Aquí el idioma no es un trámite cualquiera. Con unas pocas palabras se puede descolocar a las defensas rivales, ganando territorio y posesión. 

El medio-melé o director de orquesta del Gernika pone un ejemplo: “En los lanzamientos de lateral utilizamos números para saber quién va a saltar y quién no. Muchos de los códigos que usamos son en euskera”. Un leve pero continuo ruido de fondo está interfiriendo en la conversación telefónica; de golpe, se cuela el sonido de una cremallera al cerrarse. Son las 16:45 horas y Olaeta informa amablemente de que se marchará al gimnasio nada más finalizar la charla. No volverá a casa hasta las nueve de la noche. 

Durante cuatro días a la semana, narra, se pone el despertador a horas intempestivas, de madrugada, para ir a trabajar a las cinco y cuarto de la mañana a Legutio, en Araba, donde en la empresa de reciclaje del Grupo Otua determina la calidad del cobre para una posterior venta. Regresa a Gernika para comer y por la tarde entrena con el equipo de su vida. Un día a día muy sacrificado al que hay que añadir dos negocios hosteleros familiares: los bares Azules y Estanco, ambos ubicados en la calle Picasso, en el centro de la villa foral. El exceso de trabajo y la falta de tiempo libre son una constante en su vida, pero trata de que la vorágine laboral no dilapide algo fundamental como los momentos de ocio. “Soy mucho de estar con los amigos y si saco un rato trato de pasar tiempo con ellos”, reconoce. En su cuenta de Instagram ha recopilado imágenes de sus viajes a Roma y París con su novia en este último año.

Pasión por el balón ovalado

El rugby puede llegar a ser un deporte muy contagioso. En su familia el virus se lo inoculó su tío cuando tenía unos 15-16 años. Como muchos otros niños en Gernika, Iker había empezado jugando a fútbol de pequeño. No se le daba demasiado bien. Casi dos décadas después comparte afición y equipo con su primo (Jokin Escolar, 8 años más joven que él) y su padre forma parte de la directiva del club. En esta historia de contagio familiar por el balón ovalado en lugar de la clásica pelota, Iker Olaeta es el que más lejos ha llegado. Ni loco piensa en la retirada. ¿Qué pasaría si mañana mismo no pudiera jugar al rugby? “Me quitas esto y me muero. No sé qué me pasaría”, afirma sin tapujos por teléfono antes de colgar, terminar de empaquetar sus cosas y enfilar hacia el gimnasio.

Filosofía basurde

Sentimiento. El Gernika se distingue por un fuerte compromiso de los jugadores con su club. “Se nos enseña a hacer las cosas sin esperar nada a cambio”, asegura Olaeta. Amor sincero, compromiso y responsabilidad.

Cantera. La mayoría de los jugadores son de casa, en una clara apuesta por el talento de la cantera. ¿Cuál es el objetivo que se marca la actual plantilla? “Siempre es el mismo: estar lo más arriba posible, lo que significa volver a la máxima categoría”.