María Elorza, Maider Oleaga, Arantxa Echevarría, Mireia Gabilondo, Lara Izagirre, Alauda Ruiz de Azúa, Ana Díez, Estibaliz Urresola, Leire Apellaniz, Iratxe Fresneda, Helena Taberna, Isabel Herguera, Bego Vicario, Izibene Oñederra, Ana Murugarren, Marina Lameiro, Arantza Santesteban, Maddi Barber o Maite Ruiz de Austri son nombres de mujeres cineastas que forman parte de un sector donde aún, la mayor parte del dinero, la fama y el prestigio se la llevan los hombres cineastas, pero ellas reivindican su trabajo, su mirada y su capacidad para contar historias, transformando poco a poco una industria que necesita reflejar la realidad.

Con el objetivo de visibilizar su filmografía, las cineastas Bertha Gaztelumendi y Rosa Zufia nos presentan su documental ‘Arnasa Betean. A Pulmón’, en el que nos proponen un viaje submarino, entre el pasado, el presente y el futuro, guiados por tres buceadoras que harán un repaso, desde las pioneras en el séptimo arte hasta las más jóvenes que están triunfando en los últimos festivales, abordando aspectos como “las temáticas de sus películas, sus personajes, sus miradas, sus sueños, sus esfuerzos por salir adelante y, sobre todo, sus aportaciones al cine y a la sociedad”, subrayan.

Estáis a punto de estrenar vuestra película documental, ‘Arnasa Betean. A pulmón’ en la Gala del Cine Vasco de Zinemaldia y próximamente en cines... 

-Rosa Zufia: Sí, ¡allá vamos!

El festival de cine internacional de Donostia-San Sebastián es una gran ventana para dar visibilidad precisamente a una profesión muy invisible hasta ahora.

-R.Z.: Sí. Estamos encantadas de que nos hayan seleccionado para el festival, con tanta visibilidad, y además en la gala del cine vasco porque es una película que está dedicada a la profesión específicamente de las mujeres, pero a la profesión en general también, pues creo que a toda la profesión le va a ir mejor si están las mujeres ahí. 

-Bertha Gaztelumendi: Para nosotras este festival significa muchísimo porque ahí es donde empezamos a trabajar juntas y nos gustaría que sirviera para impulsar el trabajo de las mujeres cineastas y descubrir carreras y películas que no pueden perderse.

Las dos tenéis un gran recorrido periodístico, fundamentalmente en EiTB, y, además, Bertha tiene una decena de documentales a sus espaldas, ¿cómo surge vuestra vuestra unión para hacer juntas esta película?

-B.G.: Fue algo muy natural. Las dos somos feministas y somos amigas desde hace muchísimo tiempo, nos encontramos en Euskal Telebista en Ikusmira, el primer programa de cine de EiTB y posteriormente cada una ha tenido otros derroteros dentro de la profesión, pero siempre hemos seguido muy unidas al cine desde muchas formas.

-R.Z.: Sí. La mujer y el cine, que es sobre lo que va este proyecto, es un tema que siempre ha estado muy presente entre las dos. Además, todas las películas que ha hecho Bertha han estado relacionadas con las mujeres y cada vez que hacía una película hablábamos de estos temas.

-B.G.: Además en mi último documental, ‘Ez, eskerrik asko: La ventana de Gladys’, Rosa fue la locutora.

El título, ‘Arnasa Betean. A Pulmón’, ya de por sí, es una declaración de intenciones. ¿Qué significado tiene? 

-B.G.: Pues eso es, una declaración de intenciones, porque es a pulmón. Se trata de una metáfora sobre cómo hacen cine las mujeres, a pulmón, es decir, con su respiración, su cuerpo y muy pocas ayudas, pero también con todas las habilidades que tienen.

¿Por qué habéis elegido el género documental para contar lo que queríais contar?

-B.G.: Los documentales siempre tienen un presupuesto inferior al de una ficción, pero hay que reivindicar que el documental en sí es un género, no es la hermana pequeña de ninguno, ni muchísimo menos. Las cineastas a las que hemos entrevistado en nuestro documental cuentan que ellas han llevado a cabo sus proyectos por convicción y por vocación y han aportado, desde su creatividad, cosas muy distintas. No sé qué tiene menos glamour un documental que una película de ficción, pero en la crisis de 2008 se produjeron cantidad de documentales y la gente iba con más alegría verlos y recibían una valoración superior, precisamente porque ese desconocimiento acerca de este género fue atenuado.

-R.Z.: Sí. Además, el género documental da más pie a la experimentación, a la creación. Y eso es algo que se da mucho entre las mujeres cineastas. Hay una tendencia al documental, a la experimentación y al riesgo. De alguna manera ellas reivindican hacer un cine diferente y lo hacen. Es un campo en el que las mujeres vascas han experimentado muchísimo.

¿Sigue habiendo discriminación de género a la hora de solicitar financiación si el proyecto está liderado por una mujer o es cosa del pasado?

-B.G.: Es cosa del presente totalmente. Con todas las mujeres a las que hemos entrevistado hemos hablado sobre ello y afirman que los problemas de financiación son las mayores dificultades para llevar adelante sus proyectos. Y los estudios de CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas, dicen que las películas lideradas por mujeres reciben mucha menos financiación pública.

-R.Z.: Esto se ha visto un poquito mejorado gracias a las ayudas que ha habido en muchas comunidades autónomas para promocionar a las mujeres dentro del cine y que han dado muy buenos resultados. Ha ido creciendo un poquito su participación en el sector, aunque todavía están muy lejos de alcanzar el 50%.