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Ni la nevera ni el fregadero: esto es lo que tienes que limpiar primero en la cocina

Organizar la limpieza es la clave para que la cocina quede reluciente en menos tiempo y con menos esfuerzo

Ni la nevera ni el fregadero: esto es lo que tienes que limpiar primero en la cocinaFreepik

La limpieza de la cocina es una de las tareas domésticas más importantes y, a la vez, una de las que más tiempo puede consumir si no se hace con método. No se trata solo de mantener el espacio reluciente, sino de organizar el proceso en el orden correcto para que sea más rápido, eficaz y duradero. Utilizar un método o un orden para limpiar la cocina garantiza un resultado impecable con menos esfuerzo.

Empezar por despejar y ordenar

Antes de usar productos o bayetas, el primer paso debe ser liberar la superficie de trabajo. Retira utensilios, electrodomésticos o envases para poder limpiar sin obstáculos. Esta acción permite detectar restos de grasa, polvo o líquidos que pueden pasar inadvertidos si la encimera está llena. Una cocina ordenada facilita la limpieza y da una sensación inmediata de pulcritud.

Una empleada de hogar limpia la encimera de la cocina, en una imagen de archivo

El siguiente paso es limpiar primero la encimera. Es la zona donde se preparan los alimentos y, por tanto, la que más bacterias puede acumular. Además, al limpiarla antes, evitas que la suciedad de otras áreas caiga sobre ella después. Se aconseja usar un paño de microfibra y un limpiador adecuado al material. Si hay manchas resistentes, un poco de limón o vinagre puede servir como desengrasante natural.

Electrodomésticos

Una vez la encimera está limpia, toca pasar a los electrodomésticos: vitrocerámica o fogones, microondas y fregadero. El orden importa: primero las zonas altas, como la campana extractora, para que cualquier residuo caiga hacia abajo y evitar tener que limpiar dos veces la misma superficie. Después, llega la hora de limpiar el fregadero. Éste se limpia después de los electrodomésticos porque suele utilizarse para aclarar esponjas o utensilios durante el proceso. Para dejarlo impecable, bastan agua caliente, jabón neutro y, si hay manchas de cal, una pasada de vinagre o limón. Terminar con un enjuague y secado completo previene el mal olor y el moho. Un truco adicional es frotar medio limón por el desagüe, una práctica sencilla que neutraliza olores y deja un aroma fresco.

Exprimir limón

Después, se puede pasar a muebles y azulejos. Los tiradores y las puertas de los armarios son puntos de contacto frecuentes y acumulan grasa sin que se note. Limpiarlos con un paño húmedo con jabón o vinagre disuelto es suficiente.

El suelo debe limpiarse al final, cuando todas las demás superficies ya están desinfectadas. Es el último paso porque en él acaba cayendo el polvo y la grasa desde las zonas más altas. Primero conviene barrer o aspirar, y después fregar con agua caliente y con un producto específico. Además, secar el suelo antes de pisarlo ayuda a conservar la limpieza por más tiempo.

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Saber en qué orden limpiar la cocina marca la diferencia entre una tarea agotadora y una rutina eficaz. El orden de limpieza no solo ahorra tiempo, sino que convierte el mantenimiento del hogar en una rutina sostenible en el tiempo y optimizada.