Nuestro hogar, ese lugar que nos brinda protección y tranquilidad, puede convertirse por un simple descuido en un lugar inseguro e incluso peligroso

En el día a día utilizamos en casa muchos objetos susceptibles de provocar incendios, bien por su propia naturaleza, por un mantenimiento inadecuado o por hacer de ellos un uso incorrecto. En cualquier caso, los descuidos tienen un importante protagonismo en los fuegos que se registran en el hogar. Algunos de ellos son: 

1- Un cigarrillo mal apagado. Dejar un cigarrillo encendido en cualquier lugar, quedarse dormido con un pitillo en la mano, depositarlo mal apagado en un cenicero, tirar a la basura las colillas todavía prendidas... El fuego puede comenzar a causa de esa colilla que no se ha apagado completamente.

2- Una vela encendida. Son un bonito complemento decorativo en el hogar, pero si no tenemos cuidado pueden tener malas consecuencias. Las corrientes de aire pueden conducir la llama hacia objetos inflamables y combustibles como una alfombra, un sofá, un cojín o unas cortinas y causar un desastre.

3- Una chimenea sin protección. Una chimenea en un salón resulta muy acogedora, pero no está exenta de peligros. Debe contar con un protector de brasas que evite que las chispas se propaguen por la habitación y provoquen un incendio al entrar en contacto con telas, papeles o cortinas. También es muy importante no retirar las brasas hasta que no estén bien apagadas y, antes de depositarlas en la basura, dejarlas durante un tiempo en un recipiente que no pueda arder.

Una chimenea con un cristal protector en un salón de estar. Freepik

4- Una estufa mal ubicada. Tener mucho cuidado de no colocarla cerca de cortinas, manteles o cualquier otro textil que pueda prender.

5- Una olla a presión en mal estado. Si la válvula funciona correctamente no debería haber problema. Por eso es necesario revisar su estado para evitar una posible obstrucción porque en ese caso puede convertirse en una pequeña bomba y provocar graves daños.

6- Un fallo en la corriente eléctrica. Un problema en la red eléctrica o una subida anómala de la corriente eléctrica pueden ser desencadenantes de las llamas. La mayoría de los hogares disponen de un diferencial para cortar la corriente eléctrica en cuanto se produce un cortocircuito y evitar daños tanto en las personas como en el hogar.

7- Una toma de energía incorrecta. Algunos electrodomésticos, como por ejemplo la lavadora, se enchufan a veces a una toma de energía normal cuando en realidad precisan de enchufes especiales de fuerza.

8- Una regleta sobrecargada. Conectar varios aparatos eléctricos a un mismo enchufe puede provocar sobrecargas en la instalación, lo que podría acabar causando un incendio.

9- Un ordenador recalentado. Si el ordenador se encuentra cerca de elementos combustibles, como por ejemplo una cortina, puede recalentarse y una simple chispa o por el polvo en suspensión en la habitación puede acabar generando fuego.  

10- Una sartén en el fuego. La combinación de fuego, grasa, electricidad y agua en la cocina puede resultar muy peligrosa. Las sartenes con aceite combustionan a altas temperaturas. 

Un chef flambea un alimento en una sartén. Freepik

11- Un horno o una campana en mal estado. Una campana extractora o un horno llenos de grasa pueden hacer que se incremente la posibilidad de un incendio. 

12- Un derrame de un producto inflamable. Almacenar objetos inflamables como gasolina u otros líquidos en el hogar puede hacer que al más mínimo error un derrame cause un desastre.

13- Un trapo en el lugar equivocado. Papeles, textiles y otros productos combustibles también pueden ser peligrosos si se guardan cerca de una fuente de calor, por ejemplo en un armario colocado encima del horno.

El fuego puede destruir una vivienda y causar víctimas mortales. Sin embargo, no solo las llamas son peligrosas, sino también el humo y los gases tóxicos que se desprenden durante el incendio. Conocer las causas y adoptar todas las precauciones necesarias te ayudarán a hacer de tu casa un hogar más seguro.