Abres el armario, coges una prenda y cuando vas a ponértela, pese a estar recién lavada y planchada, ves que no huele todo lo bien que debería. Y entonces te preguntas por qué.

Las razones pueden ser diversas y puedes buscarlas en la propia lavadora, en la ropa o incluso en la forma en la que guardas las prendas en el armario. Con frecuencia, y desde el desconocimiento, cometemos errores que acaban impregnando los tejidos de un desagradable olor. Los más frecuentes son:

1- Poco detergente. Si usas poco detergente no se eliminarán totalmente las bacterias y, además, se producirá el efecto contrario. Estas proliferarán al final del lavado aprovechando la humedad y la ropa queda impregnada de ellas.

2- Programas cortos o en frío. Si las prendas están muy sucias y utilizas ciclos cortos, puede que los gérmenes se queden atrapados en las fibras. Debes plantearte hacer un ciclo más largo e incluso con prelavado y un aclarado extra.

3- Retrasar el lavado. Cuando vayas a quitarte una prenda debes valorar la conveniencia de lavarla. Si tienes dudas, mejor métela a la lavadora, ya que si no el mal olor se apoderará de ella y poco a poco de todo tu armario. Se recomienda lavar las prendas a menudo, sobre todo aquellas que están más en contacto con la piel. Utilizar una prenda demasiadas veces sin lavar hará que las bacterias se acumulen en ella.

4- Poner la ropa muy sucia en la lavadora. Lava antes a mano las ropas más sucias en las que se acumulan los malos olores por los fluidos corporales.

5- Mezclar ropa en la colada. Debes separar la ropa por colores o tipo de tejido y sobre todo, debes lavar aparte aquellas prendas que no huelen demasiado bien. Por ejemplo, no deberías mezclar en la lavadora las prendas de deporte con aquellas más delicadas.

6- Ropa impregnada de olor corporal. La ropa de deporte presenta un desagradable olor a sudor producido por bacterias y otros factores de higiene o ambientales. una buena higiene corporal y el uso de desodorantes que prevengan el mal olor es fundamental para evitar la proliferación de dichas bacterias.

7- Mezcla con otros olores. Si tienes el cubo de lavar en la cocina es posible que la ropa se impregne del aroma de tus guisos y no hay nada más desagradable que el olor a comida en la ropa. La lavadora tendrá un trabajo extra y correrás el riesgo de que la ropa no quede bien.

8- Dejar la ropa lavada dentro de la lavadora. No dejes nunca la ropa húmeda en el interior de la lavadora. Tiéndela enseguida porque si no cogerá olor a humedad y tendrás que volver a lavarla.

9- Lavadora siempre cerrada. Cada vez que vacías una lavadora, debes dejar siempre la puerta entreabierta para que los restos de agua y la humedad se sequen y no provoquen la proliferación de bacterias.

10- Deficiente mantenimiento de la lavadora. Al estar continuamente en contacto con agua y jabón pensamos que la lavadora está limpia y no es así. La suciedad se acumula sobre todo en la junta del tambor y en el dispensador de detergente y esto hace que aparezcan moho, hongos y bacterias, que son los causantes de los malos olores. Es necesario limpiarla regularmente con productos específicos o con otros más sostenibles como el vinagre.

11- Meter al armario la ropa húmeda. La humedad hace que crezcan microorganismos en las prendas lo que les causará un olor muy desagradable y muy difícil de quitar. Cerciórate de que recoges la ropa en el armario bien seca.

Un truco casero para eliminar los malos olores de la ropa es colocar una cucharita de bicarbonato en el tambor junto con el detergente. Otra opción es añadir al tambor la mezcla de 7 u 8 cucharaditas de limón con agua junto con el detergente. Tu colada quedará libre de bacterias y con un perfume agradable y fresco.