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Hombre de confianza de Aguirre y aita de Basterretxea

Documentos inéditos desvelan que el jeltzale bermeotarra viajó a otros países para adquirir aviones de caza, bombarderos y lanchas para el Ejército vasco y la República

Hombre de confianza de Aguirre y aita de BasterretxeaFONDO BERNARDO ESTORNÉS

Euskadi recuerda aún aquel fatal 18 de julio de 1936. Militares españoles dieron un golpe de Estado contra la legítima Segunda República, elegida en las urnas como parte final del proceso democrático. Aquel día en el que los facciosos no consiguieron su objeto y derivó en guerra, el bermeano jeltzale Francisco Basterrechea se encontraba festejando su redondo 50 cumpleaños. Transcurridas casi cuatro décadas de aquel agrio aniversario, quien fue hombre de confianza del lehendakari Aguirre, diputado en las Cortes bajo las siglas del PNV y miembro del Tribunal de Garantías falleció contados días más tarde que el sanguinario dictador español Francisco Franco, concretamente, el 9 de diciembre de 1975. Finaba a los 89 años de edad.

Aquella destacada autoridad del Gobierno vasco fue padre del histórico pintor, escultor y director de cine Nestor Basterretxea, afiliado a Eusko Alkartasuna, de quien este año se conmemora con actos oficiales el centenario de su nacimiento el 6 de mayo de 1924 en Bermeo.

Francisco Basterrechea.

El padre del recordado artista, según informaciones de Sabino Arana Fundazioa fue abogado, fundó Juventud Vasca en Bermeo, diputado junto al getxotarra José Antonio Aguirre y miembro de Eusko Ikaskuntza y de la Comisión de Autonomía surgida del Congreso de Bergara de 1930.

Antes de la guerra, “mostró una especial sensibilidad hacia los problemas de los hombres de la mar. En 1932, junto al sacerdote Policarpo de Larrañaga fundó el sindicato de arrantzales, los célebres Tostartekos. Por otro lado, también presentó un plan de reorganización de los estudios de Náutica”, informan desde la fundación con sede en Bilbao.

El día del cumpleaños de Francisco Basterrechea Zaldibar de 1936 llegó el momento en el que, su partido, el PNV tuvo que elegir bando. En una vivienda de Goienkalea, en Durango, optaron por la democracia, por apoyar la Segunda República.

Documento del Gobierno vasco en el exilio de París.

DEIA ha podido acceder a unos documentos inéditos gracias a los que hoy salen a la luz diversas acciones que gestionó el político jeltzale con otros Estados. Basterrechea lo tituló como Notas para el Señor Ministro de la Defensa Nacional. La fecha es del 3 de agosto de 1937.

En la primera de un total de seis páginas, el bizkaitarra comunica que a propósito de un viaje que va a hacer a Valencia con el objeto de asistir al Pleno del Tribunal de Garantías. “Tengo el gusto de poner en su conocimiento los acontecimientos siguientes” y pasar a detallas seis epígrafes. Entre ellos, la compra de 25 aviones Fury, cuatro lanchas “lanzatorpederas” de marca Power y una oferta para adquirir 36 aviones PZL. Asimismo, presenta la propuesta del presidente del Consejo de Administración de la Casa Gordou, de París, constructora de los aviones para “bombardeo en picado”.

Basterrechea informó que la Delegación del Gobierno vasco en París, con el lehendakari Aguirre al frente, la intención de incorporación de las nuevas adquisiciones para aportar al “Ejército vasco, al Norte, en general al resto de la República en particular”.

En el texto se precisa que para ello se debe hacer un viaje a Londres. El fin era formar parte de la Comisión de Compras en la que los vascos tuvieran “derecho de asistencia, voz y votos en todas sus reuniones, es decir, sin limitación alguna”. El de Bermeo concluye con un ruego: “Si hubiera limitaciones, estas se puntualizarán para evitar malos entendidos”.

A continuación, acomete la petición de compra de 25 aviones Hawker Sea Fury, caza embarcado británico. Está considerado como el último avión a hélice en servir la Real Marina inglesa y último monomotor a pistón más rápido. Se calcula que se produjeron alrededor de 900 unidades.

La petición tenía un coste de 245.000 libras esterlinas, de las cuales ya habían adelantado, “por exigencia sine quanon” un total de 205.000. Lo curioso fue que, al no ser pagada en el plazo de vencimiento, el 9 de junio, fue cambiada por otra que libra N. Strausler, de la casa Alvis-Strausler de Coventry, Inglaterra.

Finalmente, tras otros imprevistos, la mercancía fue embarcada, y destinada a Santander, puerto al que no consiguieron entrar. Basterrechea niega la nueva oferta de Mr. Corrigan, encargado de esta venta. “Vistas las dificultades, ofreció entregárnoslos en un puerto de Irlanda, a lo que no accedemos porque el contrato era entregar las mercancías en Bilbao o Santander, por su riesgo y cuenta”.

Un nuevo plazo de entrega para julio venció también, a pesar de la intervención del canciller de la Embajada de Londres. Basterrechea decidió reclamar “al no tener noticia de la llegada a puerto leal de los aviones contratados”. Por parte británica, estaban dispuestos a solventar la deuda.

Ahí entraron los abogados Amadeo Hurtado y Felipe Sánchez Román, pues habían sido quienes habían hecho los borradores de las cartas cruzadas para el contrato separando el de compra y el de garantía.

Aprovechada la estancia en Londres, desde el 6 al 22 de julio, se solicitaron lanchas torpederas a los Astilleros Power de Southampton, con visita al lugar. Dos cascos ya en obras fueron solicitada para su compra a la Delegación de París. Se acabaría su factura el 2 y el 23 de septiembre. Una tercera, el 14 de octubre.

El propio Basterrechea dio a conocer en la capital gala lo vivido. Aseguró a Aguirre que fue “un verdadero triunfo que la casa Power nos ceda estas lanchas tras de las cuales se ha andado tanto tiempo, y sobre todo que uno de la Comisión haya podido entrar en los astilleros de referencia, cuando pocas semanas antes lo habían intentado personas del campo faccioso, de las cuales recibió aviso la Casa del propio Almirantazgo, prohibiendo que se les facilitase entrada, según me manifestaron allí”.

Al lehendakari le gustó saber que Basterrechea había conseguido que a las lanchas se les dotara de armamento con cuatro ametralladoras sincronizadas delante y otras tantas detrás.

Hubo posibilidad de cambiar las ocho por un cañón, pero el Almirantazgo desechó. El precio fue de 30.000 libras. Y se sumaron motores Neppier, con un costo de 3.000 libras. “Llevan, además, dos tubos de lanzatorpedos a popa y seis cargas de profundidad por cada lancha. Garantizan 40 nudos por hora. Son de tres motores y hélices. El pago es el tercio al pedido y el resto después de las pruebas. Hemos ofrecido como Estado interpuesto el de Estonia, que ha sido aceptado”. El abogado vasco cursó la oferta en le Subsercretaría de Armamentos de Valencia y esperaba una favorable acogida y la consiguiente autorización.

En otro documento, aporta la oferta de 36 aviones PZL llegada a su persona desde Grecia con velocidades de 415 kilómetros a la hora y “resultados muy felices”. Este estado europeo los tenía ya encargados en Polonia y “a punto de estar terminados”.

Basterrechea, exiliado en Francia y conocido con seudónimos como Luis María Errikoa o Putasio, siguió colaborando con el Gobierno vasco, hasta que en 1942 marchó a Buenos Aires incorporándose a las labores de la delegación vasca en la capital argentina, oficina que dirigió desde 1946 hasta 1952. En 1945, según detalla Sabino Arana Fundazioa –quienes lo califican como “uno de los padres del Estatuto de 1936-, formó parte del consejo de redacción de la revista Galeuzca. Junto a Santiago Cunchillos Manterola fue uno de los miembros fundadores del Instituto Americano de Estudios Vascos que dirigió Andrés María de Irujo.

En 1952, regresó a Europa. Falleció en Madrid el 9 de diciembre de 1975, días después que su enemigo Franco, y enterrado en su Euzkadi, en su pueblo natal, Bermeo.