Diego Vasallo, de la cumbre del pop al rincón íntimo de la creación plástica
Tras años de ausencia en el foco mediático, una de las figuras más representativas del pop euskaldun vuelve a las carteleras con nuevos horizontes abiertos que fluctúan entre sus facetas como músico, pintor y poeta
Los años 80 y 90 estuvieron caracterizados por ser la Edad de Oro del Pop. Una de las caras más reconocidas de este periodo fue Diego Vasallo (Donostia, 1966), el cofundador de Duncan Dhu que, en su momento, compartió con Mikel Erentxun una trayectoria que llenó estadios, listas de éxitos y múltiples corazones euskaldunes.
En directo por los bares de Donostia
El donostiarra fundó la banda Duncan Dhu en 1984 junto a Mikel Erentxun y Juan Ramón Viles, desligándose el último del grupo en el año 1989. No obstante, con Viles ya había compartido grupo, siendo el vocalista y bajista de Los Dalton antes de conocer a Erentxun. Tras grabar algunas maquetas en agosto del 84, la andadura musical del grupo comenzó de forma informal a través de actuaciones en directo por los bares de Donostia, y de forma más oficial en febrero de 1985, cuando firmaron su primer contrato discográfico y publicaron su álbum debut, 'Por tierras escocesas'.
El diamante al final del crepúsculo
Tras más de una década y media de trayectoria musical, fue en 2001 cuando Diego Vasallo y Mikel Erentxun recogieron un disco de diamante en Madrid, en reconocimiento por la venta de más de dos millones de discos a lo largo de los 16 años que Duncan Dhu estuvo activo. Sin duda, fue el broche de oro de una carrera marcada por himnos como 'Cien gaviotas', 'Esos ojos negros' o 'En algún lugar'. Fue en este mismo acto donde presentaron 'Crepúsculo',su último álbum en conjunto antes de anunciar la disolución definitiva del dúo.
No obstante y, años más tarde, ambos músicos volvieron a reunirse brevemente, dejando una imagen de Vasallo y Erentxun en los jardines del Palacio Miramar, en Donostia, durante la promoción de 'El duelo', disco que supuso una gira de reunión tras doce años de separación. Además, también participaron en la presentación del álbum tributo 'Cien gaviotas', en el que diversos artistas reinterpretaron los éxitos de Duncan Dhu.
Menos ruido, más profundidad
Pese a su andadura musical en grupo, Diego Vasallo inició su carrera en solitario casi en paralelo que con Duncan Dhu, publicando desde 1997, bajo su propio nombre, siete discos hasta 2019. Esta etapa le hizo tomar impulso una vez finalizado su periodo en dúo, con obras como 'Canciones en ruinas' en 2004 y con colaboraciones como 'El cuaderno de pétalos de elefante', con Suso Saiz en 2002, y 'La máquina del mundo' en 2006, con el poeta Roger Wolfe.
Coincidiendo con la salida de'La máquina del mundo', Vasallo también presentó su primer recopilatorio en solitario, 'Las huellas borradas'. Tras varios años haciendo menos ruido, recuperó su profundidad musical, reapareciendo en 2016 con el álbum 'Baladas para un autorretrato'. Más recientemente, en 2019, Vasallo volvió con 'Sesiones de Moon River'. Vol. 1, una grabación en directo que realizó en 2017 y que contiene ocho de las canciones habituales de su gira 'Baladas para un autorretrato', este penúltimo disco publicado en 2016. A lo largo de los años, continuó realizando giras con diversos conciertos en el Estado español, actuando en numerosas salas de teatros con distintas bandas de teloneras. Durante este periodo, también publicó algunos discos como 'Las rutas desiertas', en 2020, o 'Caemos como cae un ángel', en 2022.
El arte como refugio
Más allá de esta vocación de letrista, compositor e intérprete que marcó su carrera, Diego Vasallo inició su trayectoria como pintor antes incluso de tocar instrumentos. Desde 1991 compaginó su carrera en este ámbito con la producción de discos en solitario, concretamente con su proyecto musical bautizado como 'Cabaret Pop'. Su formación académica como creador plástico comenzó en la Escuela Superior de Arquitectura de Donostia y se completó en diversas academias de diseño. En 2002 se presentó al público con su primera exposición individual,'Diario de un poema'. A esta le seguirían otras muchas bajo la cobertura del grupo Lieder, creado junto a Thomas Canet, Rafael Berrio, Joserra Senperena y Suso Saiz.
La obra plástica de Vasallo fluyó en paralelo a su producción literaria. Y es que en 2011 editaba el poemario 'Canciones que no fueron', un libro ilustrado con dibujos suyos. En 2016 también publicó un libro, 'Al margen de los días', otro volumen compuesto por poemas, pinturas y baladas. Aparte, el propio Vasallo ha declarado que disfruta de diferentes pasatiempos que alimentan su vena artística, no solo con la pintura, sino también con la lectura, los viajes y los paseos.
Fue en 2019 cuando este músico, poeta y pintor presentó una de sus últimas exposiciones, 'Signos, paisajes, accidentes', en Donostia. La muestra se exhibió simultáneamente en el Koldo Mitxelena Kulturunea y en la galería Arteko. La composición del lugar recreada en las pinturas de Vasallo remitía casi directamente al informalismo del siglo pasado. Ejemplos de ello podrían ser Nicolás Leukona con sus collages fotográficos surrealistas, Eduardo Chillida con sus formas abstractas en papel, o Jorge Oteiza con sus volúmenes geométricos quebrados.
Nuevos horizontes
Tras años permaneciendo desapercibido, pero nunca del todo inactivo, Diego Vasallo volvió a ser noticia el año pasado por el estreno del documental 'La posteridad más tarde'. Este filme dirigido por Beatriz Echevarría está centrado en el proceso creativo del donostiarra, tanto en su faceta de músico como en su faceta de pintor. El audiovisual se proyectó en 2024 en el festival Dock of the Bay de Donostia. Además, participó en la presentación del mismo en la sala Kultur Kluba de la Kutxa en Trabakalera, a través de un concierto especial. Poco antes, en 2023, el músico donostiarra había lanzado el EP 'Malo ni bueno', por lo que durante esta especie de despedida, Vasallo actuó con una banda completa de acompañamiento, tocando tres de las cinco canciones de dicho EP y haciendo un repaso a casi todos sus discos en solitario, en el que sería su último concierto durante una buena temporada, a menos que saliera algún otro, en sus palabras. Su intención era parar durante un tiempo para salir en 2025 con un nuevo proyecto musical que quería desarrollar y del que no quiso dar muchas pistas.
Ahora, bien entrado el año 2025, los fans de este icono del pop vasco siguen a la espera de volver a verle subido a un escenario. Aunque, de todas formas, se mantiene activo en redes sociales, donde informaba de sus conciertos hasta el año pasado, y donde habló también de su última exposición, 'Fulgor y caída: la trama del caos', en la Galería Dionís Bennàssar en Pollensa. Fotos de paisajes, animales, estudios de música y exposiciones confluyen en un collage que representa a una de las figuras más emblemáticas de la Edad de Oro del Pop, que vuelve, sin haberse ido nunca realmente.