Unos días después de haber regresado de Miami con su hija legal y nieta biológica Ana Sandra, nacida por gestación subrogada, Ana Obregón está promocionando El chico de las musarañas, el libro que su hijo Aless comenzó a escribir cuando supo que tenía cáncer y que su madre ha completado.

En la presentación de la obra, la actriz, presentadora, bióloga y algunas cosas más dejó muchos titulares pero hubo un episodio que llamó poderosamente la atención y que cuanto menos resulta difícil de creer, o al menos con el sentido que le ha dado Ana Obregón. La cuestión es que ella acudió a la primera reunión con la editorial Harper Collins para planificar el desarrollo del libro, y no se encontraba muy convencida del proyecto que le proponían. "Me estaban intentando convencer, pero yo no estaba muy convencida de hacerlo porque no sabía si tendría fuerzas. Este libro es una catarsis donde he tenido que revivir momentos profundamente dolorosos", explicó.

Pero entonces sucedió algo un tanto sobrenatural que lo cambió todo: “Llegamos a la comida, yo pongo mi móvil sobre la mesa y de repente empieza a sonar mi móvil. Miro, y ¿de quién era la llamada?", relataba Obregón. Esa pregunta la respondió la directora de no ficción de la editorial, que se encontraba junto a ella en aquel momento y también en la presentación del libro: “En la pantalla la llamada era de Aless. Ana se lo enseñó primero a Susana (Uribarri, su representante), Susana se echó las manos a la cabeza, Ana se puso muy nerviosa y nos enseñó cómo sonaba el teléfono. Y Ana decía: ‘¡Pero si el teléfono de Aless está en un cajón apagado desde hace dos años!’. Fue un momento mágico".

Eso animó a la actriz a aceptar el proyecto del libro: "Entonces dije: 'Esto es una señal'. Eso me dio fuerzas y me dije que tenía que hacerlo porque es lo que quería mi hijo”, explicó, aceptando que es difícil de creer. “Yo sé que parece de locos. Si yo llego a contar esto aquí sola… No sé. Pero me han pasado muchas cosas, muchas señales. Yo he leído todo lo que se puede leer para escribir este libro. ¿Vosotros sabéis que el ser humano es todo energía? Y la energía no se muere, se transforma... ¡Entonces las almas son eternas!", concluyó.

Lo que no queda claro es por qué nadie dio al botón de responder la llamada.