La cocina tradicional de parrilla es el eje de la oferta gastronómica de este establecimiento hostelero que comenzó su andadura como restaurante hace poco más de un año. A sus mesas llega producto de temporada, junto a carnes gallegas y pescado salvaje en piezas para compartir, que se trinchan y se sirven en mesa. Véanse besugo, lubina, rey, lenguado... a los que la brasa potencia su sabor.

Entre sus especialidades, destacan el pulpo al carbón de encina, parmentier de patata y aliño de la Vera, o la flor de alcachofa braseada con refrito de jamón ibérico y emulsión de hongos. Este último, un plato para probar en temporada.

Riega sus elaboraciones con una amplia bodega de vinos de diversas D. O. Para ello cuenta con varias cavas de vinos.

Decoración interior del restaurante.

Además de carta, de martes a viernes ofrece Menú Ejecutivo y de martes a domingo, el Menú Txokoa, más menús para grupos y eventos, y concertados con el cliente.

Para degustarlos brinda un comedor principal con capacidad para 80 pax y una terraza cubierta para comidas, además de contar con una carpa exterior cubierta y rodeada de jardines donde se llevan a cabo eventos como celebraciones de bodas. Incluso ambientan esta última para bodas civiles y cuentan con Dj. Dispone también de sala de reuniones equipada con proyectores y pantallas.

Todo en un ambiente rústico y acogedor, donde “el trato cercano y el buen gusto presiden la mesa”.