En el centro de la villa foral, este restaurante impone un sello propio a su oferta gastronómica. Esta se centra en el menú del día de lunes a viernes y una carta de picoteo en la que se incluyen platos como una degustación de bacalao al pil-pil, a la vizcaina y con piperrada, las carrilleras y el fin de semana, pescado de temporada. Precisamente, según la época ofrecen sugerencias, como las alcachofas. Además, los fines de semana brindan tres menús para grupos.

Desde 2014, cuando abrió sus puertas, este coqueto espacio camina al hilo de la actualidad, con decoración festiva en ocasiones, como las fiestas locales, Feria de Abril, Navidad... mostrando su dinamismo al cliente. Dispone de mesas altas y con buen tiempo se puede comer en la terraza al aire libre con sombrillas.