Al otro lado de la Ría, Casa Luar recupera el sabor de las tascas de Bilbao de toda la vida, si bien algo modernizado pero buscando la esencia de esos establecimientos tanto en su estética como en la oferta gastronómica. Igual que en los bares de txikiteros de antaño, el vino, de pequeñas bodegas que van cambiando y proponiendo cada mes, o su vermut preparado, se pueden acompañar con gildas, bilbainitos, banderillas de pulpo, laterío (de anchoas, ventresca...) y los fines de semana con cucuruchos de caracolillos y quisquillas.
Preparan al momento bocadillitos de bonito en aceite o escabeche, de lomo, chorizo y jamón. Incluso ofrecen el dúo antaño conocido como matrimonio (antxoa + boquerón). Y tienen tablas de embutidos ibéricos y quesos, así como Felipadas reinterpretadas. Ubicado en un edificio histórico, antigua arenería y carbonería, ello le da un plus de carácter.
Casa Luar
Marzana, 5. Bilbao.