Las patatas fritas son uno de los manjares más codiciados en la gastronomía mundial y unos de los platos que, de vez en cuando, no pueden faltar en nuestras mesas. Disfrutar de esta receta casera no tiene precio. Eso sí, como casi todo en esta vida tiene su truco y conseguir unas patatas fritas que te dejen sin palabras requiere conocimiento y práctica.

A pesar de que como dice el refrán, cada maestrillo tiene su librillo, aquí te mostramos cómo hacer las mejores patatas fritas, crujientes por fuera y jugosas y cremosas por dentro. Toma nota de los mejores trucos para crear las mejores patatas fritas, ni muy hechas, ni demasiado aceitosas y super super crujientes.

Para hacer unas buenas patatas fritas solo necesitamos una sartén, aceite de oliva virgen extra, patatas y sal... Aunque existen otras cuestiones como el corte, el tipo de patata, la temperatura del aceite o el tiempo de fritura que son fundamentales para que nuestras patatas fritas pasen a otro nivel.

Una patatas fritas caseras sobre una servilleta. Freepik

1. Usa patatas nuevas

Puedes comprarlas congeladas y listas para freír, pero para conseguir unas buenas patatas fritas debes comprarlas frescas, nuevas y enteras, lo que nos permitirá hacer una elaboración auténticamente casera. Las mejores son las que tienen una consistencia más bien dura, con menos cantidad de agua, para que queden crujientes. La ideal es la patata nueva, que tiene menos almidón que la vieja.

2. Pela las patatas y ponlas en agua 

El almidón es el peor enemigo de las patatas fritas crujientes, por lo que debemos tratar de eliminar la mayor cantidad posible antes de cocinarlas. Una vez peladas, hay que introducirlas al menos 30 minutos en agua. De esta manera eliminaremos gran parte del almidón y evitaremos que después se peguen unas con otras. Una vez que hayas terminado con ese paso, debes dejarlas escurrir para que cuando las eches a la sartén el aceite no "salte".

3. Corte más bien grueso

Para evitar que nuestras patatas fritas estén secas o quemadas, debemos asegurarnos que, al menos, tendrán 1 cm de grosor. Solo así nos aseguraremos ese contraste tierno y crujiente.

4. Elige un buen aceite para freír con cuidado

 A pesar de que existan muchos tipos de aceite, no hay nada como el aceite de oliva virgen extra, que, a diferencia de lo que muchos piensan, también es el rey de la fritura, es saludable y le da a la comida frita un sabor completamente diferente. Su precio es más alto, pero sin duda merece la pena.

5. Temperatura del aceite

Para obtener patatas fritas crujientes, el secreto radica en sumergirlas en el aceite precalentado a la temperatura adecuada: solo de esta forma la corteza se formará instantáneamente en su superficie y evitará que se impregnen de aceite. La temperatura ideal para freír las patatas es 160º, es decir, debes dejar que el aceite se ponga muy, muy caliente.

6. Nunca uses tapas

Si cubres la sartén con una tapa, se liberará una gran cantidad de vapor de agua y, en lugar de patatas fritas crujientes, tendrá palitos empapados de aceite.

7. La sal

Por último, la sal. Saca tus patatas sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa y no te queden blandas. Cuando las tengas bien secas, es el momento de añadirle la sal. Hazlo ahora y no antes, porque la sal incorporada en este momento también contribuye a que queden más crujientes, ya que si añades sal al principio liberará almidón.