Misión cumplida. El Amorebieta selló la segunda victoria del curso, de nuevo en Lezama, a acosta del Mirandés en un encuentro que finiquitó en un minuto de ensueño, el que brindó Ryan Edwards con un tempranero doblete que sirvió para que su equipo se redimiera de las dos derrotas consecutivas que sufrió en Cornellà y en El Sardinero. El colectivo de Haritz Mujika, que se asienta en la zona media de la tabla, superó sus miedos, sacó una versión reconocible y supo gestionar su renta en un partido que debe marcar su camino en los compromisos venideros. Su propuesta, no en vano, le salió de cine, con una pegada monumental en el tramo inicial y con una solvencia defensiva de la que careció en los choques precedentes para hacerse con tres puntos importantísimos ante un conjunto burgalés que a día de hoy asoma como uno de sus rivales directos en la lucha por la permanencia en LaLiga Hypermotion.

Mujika le dio una vuelta a su once, que no había sido habitual en las cinco jornadas anteriores. Quizá se trataba de un mensaje a la insatisfacción que le dejó el duelo en El Sardinero. Sea como fuere, el de Pasaia introdujo cinco novedades, la primera de ellas esperada, con el regreso de Pablo Campos a la portería en detrimento de Jonmi Magunagoitia, al que le toca asumir su nuevo rol tras la relevancia que acaparó en el ascenso. Llamó la atención la presencia de Jorge Mier en el lateral derecho, en tanto que Erik Morán, que mostró un buen nivel, y Jon Morcillo, que volvía a Lezama, estrenaban titularidad, con Ryan Edwards, bigoleador, como pareja de ataque de Eneko Jauregi. Un plan que buscaba desactivar el juego descarado de un Mirandés que solo tocó una de sus piezas respecto al equipo que sometió al Andorra y con la comparecencia de nuevo de Javi Martón, delantero cedido por el Athletic, que ofrecía su llamativo morbo por enfrentarse al equipo que suspiró por su cesión en agosto y que se quedó con cara de incrédulo por la operación que se gestó a última hora en Ibaigane. El navarro, consciente de que muchos focos se dirigía hacia su persona, dejó algún que otro detalle y poco más.

La apuesta le salió bien a Mujika en el primer acto. La intuición también la trabaja el entrenador junto a los datos que maneja en clave interna. Pensó que podía ser el día de Edwards, un futbolista atípico, que no asoma ninguna virtud específica y, que sin embargo, le premia saber gestionar la letra pequeña. El australiano impuso su impacto en menos de 60 segundos, entre el minuto 7 y el 8, periodo en el que hizo sus dos tantos. Primero atrapó un excelso centro filtrado de Morán para girarse y batir a Ramón Juan; y en un abrir y cerrar de ojos ejecutó el segundo a certero servicio desde banda derecha de Dorrio, muy activo en estos primeros 45 minutos. Ver para creer.

El Amorebieta castigó con dos zarpazos a un Mirandés que paradójicamente no acertó en la gran ocasión que disfrutó a los dos minutos de juego por medio de Baeza. Es la ley más vieja en el fútbol. El que perdona... Que se lo digan al propio Amorebieta, cuando dilapidó sendos 0-2 en sus visitas al Albacete y Espanyol. Los azules volvieron a gozar ayer de esa doble renta con la que llegaron al descanso. O sea, se sometían al enésimo examen de saber blindar su momento. Dejarse otra vez remontar le supondría tirarse de los pelos. Se puso, por tanto, en modo alerta. Cerró la línea de creación de un rival al que le gusta la posesión y que insistió en banda derecha con Rubén Sánchez, con metros ante cierta cesión defensiva de Morcillo, poco consistente. Por ese carril se aproximó el conjunto de Lisci, con una acción individual de Martón y, especialmente, en un remate de Carlos Martín que se le fue alto, lo que alivió a un Amorebieta que también quiso el tercero en una internada de Mier.

El segundo acto se debía convertir para el conjunto azul en un tratado de buena gestión. Es decir, no podía volver a caer en los desajustes defensivos que tanto le penalizaron en el Carlos Belmonte y en el Stage Front Stadium. Cuestión de aprendizaje. Ya lo reclamó Mujika en la previa, que el éxito pasaba por dejar la puerta a cero, un matiz determinante en una categoría tan dura como LaLiga Hypermotion. Algo innegociable, vamos. Así fue en el duelo ante el Andorra y así fue también en el de ayer, pese a que los zornotzarras asumían que sufrirían sustos puntuales, como ocurrió en una acción de Carlos Martín y en un disparo de Rubén Sánchez. Se quedó en un agobio efímero. Mujika movió piezas y refrescó al equipo con los Sibo, Da Graca y Quintero, que tuvo la opción de sumar el tercer tanto en una combinación con Dorrio, que ha arrancado el curso con muy buenas prestaciones. El Amorebieta, entonces, ya no concedió nada y amarró un segundo triunfo que le relanza.

Amorebieta 2

Mirandés  0

  • AMOREBIETA: Campos; Jorge Mier, Hernando, Etxeita, Garreta (Min. 86, Seguín); Dorrio, Carbonell (M. 86, Eraso), Morán (Min. 64, Sibo), Morcillo (Min. 64, Quintero); Edwards y Jauregi (Min. 76, Da Graca).
  • MIRANDÉS: Ramón Juan; Rubén Sánchez (Min. 68, Gómez), Pablo Ramón, Juan María; Tachi (Min. 54, Reina), Álvaro Sanz (Min. 86, Iosifov); Baeza (Min. 54, Chaira), Carlos Martín, Gabri; y Martón (Min. 68, Durdov).

Árbitro: Trujillo Suárez (Comité Canario). Amonestó a Morán, Jauregi y Carbonell, por el Amorebieta; y a Pablo Ramón y Reina, por el Mirandés.

Goles: 0-1: Min. 7; Edwards. 2-0: Min. 8; Edwards.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la sexta jornada de LaLiga Hypermotion disputado en Lezama ante 1.248 espectadores, con nutrida presencia de seguidores burgaleses.