Real Madrid 3

Atlético de Madrid 1

REAL MADRID: Real Madrid: Courtois; Nacho (Min. 115, Odriozola), Militao, Rudiger, Mendy (Min. 44, Ceballos); Camavinga, Kroos (Min. 74, Marco Asensio), Modric; Fede Valverde (Min. 69, Rodrygo), Vinícius (Min. 115, Mario Martín) y Benzema.

ATLÉTICO DE MADRID: Jan Oblak; Nahuel Molina, Savic, Mario Hermoso, Reinildo; De Paul (Min. 83, Saúl), Koke (Min. 83, Kondogbia), Lemar (Min. 74, Carrasco); Correa (Min. 74, Memphis), Griezmann (Min. 91, Barrios) y Morata (Min. 63, Witsel).

Goles: 0-1: Min. 19; Morata. 1-1: Min. 79; Rodrygo. 2-1: Min. 103; Benzema. 3-1: Min. 121; Vinícius

Árbitro: Soto Grado (Comité Riojano). Amonestó a Ceballos y Vinícius por el Real Madrid; y a De Paul, Reinildo y Mario Hermoso y Koke por el Atlético de Madrid. Expulsó a Savic por doble amonestación (Min. 97 y 99).

Incidencias: 63.500 espectadores en el Santiago Bernabéu.

Un Real Madrid con dos caras, sometido en el primer acto y desatado en el segundo, accedió cuatro años después a las semifinales de la Copa, tras su segunda remontada consecutiva en la competición, levantado de la lona con una genialidad de Rodrygo, que castigó la versión más valiente del Atlético de Madrid de Diego Simeone, que se despidió en inferioridad en la prórroga de la pelea por los títulos.

La valentía de un Atlético que recuperó la convicción en el mejor escenario, contrastó de inicio con un Madrid que regresó de golpe a un reencuentro con sus limitaciones. Víctima en el primer acto de una derrota táctica de Ancelotti ante Simeone. La consigna de Simeone fue clara. El Real Madrid crece desde el desequilibrio que genera Vinícius. Dos jugadores encima del brasileño siempre. Por lo que no extrañó que incluso Griezmann cayese por el lateral derecho como apoyo a Nahuel. Tras un primer intento de Correa desviado, encontrando espacios que explotar en el flanco de Mendy, donde picó el balón Koke para la aparición como un rayo de Nahuel que puso de primeras, con tanta tensión como precisión, un regalo al gol de Morata a los 19 minutos.

El golpe no motivó la reacción del Real Madrid que le costó interpretar el partido. Los reajustes de Ancelotti fueron obligados. La lesión muscular de Mendy y las bajas defensivas provocaron que Camavinga pasase a jugar de lateral izquierdo. Ceballos al campo para aumentar el criterio con balón. Obligado a una de esas remontadas de las que tiene la patente, el Madrid llevo el derbi al terreno emocional y cambió su identidad de un plumazo.

El plan de Simeone no pasaba por encerrarse tan temprano, con tantos minutos por delante. De su plan inicial regresó a lo habitual cuando quitó a un delantero, Morata, para meter un medio, Witsel. Su equipo se había desdibujado y buscó protegerse del vendaval en el que se convierte el Real Madrid cuando juega con más corazón que cabeza. Imprimió locura y al Atlético le faltó templanza, anestesiar un partido que adquirió un ritmo que no le interesaba.

Apareció Rodrygo tras sacar del armario su disfraz de salvador de la Liga de Campeones. Suplente desde su desplante a Ancelotti en La Cerámica, cuando le negó el saludo en el cambio, no tuvo el brasileño mejor forma de ganarse el perdón. De la nada inventó un gol para enmarcar. En velocidad se fue de Witsel, pisando la pelota con confianza antes de realizar dos recortes a los centrales y definir de derecha en una acción de fútbol sala, donde no la esperaba Oblak.

El Atlético acabó condicionado en la prórroga por un pique absurdo de Savic con Vinícius, en la pelea por el balón con el juego detenido, que costó la amarilla a ambos. Minuto y medio después se transformaba en roja para el defensa montenegrino cuando llegó tarde a la carrera de Camavinga. Con diez se convertía en un imposible para un Atlético que nunca dejó de luchar. En defensa de cinco hasta que a los 103 minutos Benzema puso su firma a la remontada, tras mover rápido el balón ante un rival encerrado, el centro de Asensio y favorecido de un mal remate de Vinícius. En el segundo palo, donde esperaba su momento, Karim desató la locura en el Bernabéu y Vinícius, no podía ser otro, puso el broche con el tiempo cumplido. Una nueva remontada de un equipo que se sobrepone a todo y acabó defendiendo ante la falta de puntería rojiblanca que se despidió en pie de la Copa, resignado su curso a la pelea en liga por un puesto en la próxima edición de la Champions.