La cabeza caliente genera reacciones repentinas, no emergidas de la reflexión. La cabeza fría, en cambio, ofrece una perspectiva bien diferente a la anterior fruto del análisis pausado. La familia del Dinamo se debate entre estos dos estímulos después del cruel K.O en la eliminatoria previa de la Copa que le privó de hacer más historia y medirse a un equipo de Primera División. El primero origina rabia y, en situaciones como la presenciada la noche del miércoles en Autol, esta se convierte en indignación, porque es así cuando un equipo se siente tan perjudicado por la actuación arbitral, en concreto por el navarro Fernández Santisteban, que no vio un clamoroso penalti cometido por el defensa riojano Montes sobre Goikoetxea al cuarto de hora y cómo en el tanto local, que forzó la fatídica tanda de penaltis, Rubén Martínez hizo falta antes de conectar el cabezazo con el que batió la meta morada. El segundo acentúa el orgullo de una causa, de un modesto que representa a un barrio humilde de Santurtzi que se ha redescubierto gracias a la hazaña de un Dinamo que, según su presidente, “cuenta desde hoy con más aficionados más allá de San Juan y de Santurtzi”.

El viaje de regreso a casa en los seis autobuses fletados por la entidad se convirtió en poco más de dos horas de mucho silencio, interrumpidos por los lamentos de aficionados que no cesaban de mostrar su malestar por lo padecido. Xabi Bonilla era uno de ellos. Dedicó unos minutos a redactar un escrito de denuncia que pensaba enviar a la Federación Vizcaina de Fútbol y a la Vasca, “aunque no servirá para nada”, a modo de denuncia, mientras que otros no hacían más que revolverse con la visualización, una y otra vez, de las dos acciones polémicas del partido y que causaron la eliminación de su Dinamo. Berce, exjugador morado, echaba una cabezadita, porque a las cinco de la mañana tenía que salir para el curro. El bus había llegado al barrio a las dos y poco de la madrugada. “Esto refleja lo que es el Dinamo”, respondía Rober, otro ex, en su caso más afortunado porque tenía el turno laboral de tarde. Otros pocos habían digerido el disgusto y a escasos kilómetros del fin del trayecto entonaban nítidos cánticos para recordar que, pese ala frustración, el Dinamo había hecho historia: “Tenemos que estar orgullosos de lo que hemos alcanzado”.

21

Las imágenes del Autol - Dinamo San Juan J. M. Martínez

Es esta última lectura la que compartía ayer, en el día después, Alex Díaz Bonilla, el presidente, para quien “no merece la pena quejarse ante los entes federativos, porque no vale para nada”. “No hay más ciego que el que no quiera ver y las imágenes hablan por sí solas. Hubo cosas muy raras”, explicó el mandatario santurtziarra, que, pese al castigo que sufrió su equipo, se queda con lo positivo de la experiencia, ya que, en su opinión, “se ha puesto en lo más alto de Bizkaia y diría de Euskadi el nombre del Dinamo, por lo que representa y por lo que hemos hecho. Sabemos que desde hoy hay más aficionados del Dinamo”. La experiencia ha sido bonita en lo deportivo, pero el que piense que esta eliminatoria previa de Copa proporciona réditos económicos a los clubes de categoría Territorial “está equivocado, porque de momento tenemos, incluso, pérdidas. La Federación Española te da solo una ayuda máxima de mil euros por el viaje, que en nuestro caso se quedará en unos 250 euros, y 30 balones, que quizá los tengamos que poner a la venta para sacar algo. Además, tenemos que hacer frente a la mitad de los gastos del arbitraje, que se elevarán a 500 euros”, desvela Díaz Bonilla. La Copa ya es historia para el Dinamo, que se centra en la liga. La plantilla, que descansó ayer, se ejercita esta noche porque mañana juega en liga ante el Getxo en Fadura, Vuelta a la rutina.