Madrid - Noventa minutos de una rueda de prensa con muchas explicaciones y pocas certezas. El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, y su director deportivo, José Francisco Molina, salieron a la palestra para confirmar que Luis Enrique Martínez vuelve al banquillo que dejó en junio por la enfermedad y posterior muerte de una de sus hijas. El asturiano releva a Robert Moreno, que ascendió de forma interina pero que ya no va a volver a trabajar más con Lucho. La confianza entre ambos parece que se ha roto. Una comparecencia un tanto esperpéntica, como la hoja de ruta que sigue Rubiales desde que llegó a la Federación hace año y medio. Ya lleva cuatro cambios de entrenadores tras el paso de Julen Lopetegui, Fernando Hierro, Luis Enrique y Robert.

Al día siguiente de que España cerrara la fase de clasificación para la Eurocopa 2020 con una goleada ante Rumanía, en un partido marcado por las noticias respecto al futuro de Robert Moreno, Rubiales ofreció un relato cronológico de los acontecimientos que han derivado con la vuelta de Luis Enrique. “El 19 de junio comparecí junto a Molina y Robert Moreno para explicar que se hacía cargo de la selección tras firmar un contrato en mi despacho que dejaba claro que en el momento que Luis Enrique quisiese volver, volvería. Siempre hemos sido muy transparentes”, afirmó el máximo responsable de la FEF, que defendió el “rigor” con el que han actuado él y su equipo: “Me comprometí públicamente que si Luis Enrique quería volver tenía las puertas abiertas y cada vez que me han preguntado hemos actuado igual. Nadie se puede sentir engañado. Transparencia y rigor. Hemos hablado en tres ocasiones con Luis Enrique desde la muerte de su hija. La primera el 29 de agosto que le di el pésame, volvimos a hablar en una reunión a finales de octubre y volví a hacerlo ayer”.

Sobre cómo surge la posibilidad de volver a contar con Luis Enrique, Rubiales dice que es su sustituto como seleccionador el que les pone en aviso. “Robert Moreno nos transmite que ha hablado con él y le ha echo ver sus ganas de volver a entrenar. Ante esa situación tenemos que hablar con Luis Enrique, es nuestra obligación. Esa reunión se produce el 31 de octubre en Zaragoza en una visita oficial. Hablamos de cuestiones personales, familiares, de cómo se sentía y nos transmite que quiere volver a su puesto de trabajo. Después de pensar y madurar, Molina me transmite que lo mejor es hablar con todos una vez se acabe la clasificación”. Pero la cosa se precipita porque, según la versión que ofreció Rubiales, Robert Moreno ya no quiere seguir en el cuerpo técnico de España. “Ayer -por el lunes- llamo a Luis Enrique porque el domingo Robert pidió saber lo que íbamos a hacer. Se le dice que después de la clasificación y exige saberlo ya. Le decimos que si Luis quiere volver a ocupar su puesto y liderar el proyecto vamos a valorar esa posibilidad. Y el lunes recibimos un mensaje suyo para acordar su salida y no ser un impedimento para la vuelta de Luis Enrique. Nos dice que se quiere marchar”.

una amistad rota Rubiales no quiso dar la clave que ha separado los caminos de Luis Enrique y Robert Moreno tras nueve años compartiendo experiencias en banquillos, y afirmó que es una “situación personal” en la que no pueden entrar. Luis Enrique pidió que su regreso fuese sin Robert Moreno en el cuerpo técnico. La razón que ha provocado el fin de una larga amistad, fue la única pregunta trasladada en varias ocasiones a Rubiales que dejó sin respuesta. “Ni lo sé ni me compete. Luis Enrique llegó con su equipo y las situaciones personales las tendrá que contestar él”, aseguró emplazando a los medios de comunicación a trasladar la cuestión el día de la presentación del seleccionador, aún sin fecha.

Rubiales dejó claro en todo momento que “el líder” del proyecto era Luis Enrique y que Robert habría sido seleccionador en la Eurocopa en todos los casos salvo uno, el momento en el que el técnico asturiano confirmase su deseo de regresar. “Estamos muy contentos con el trabajo de Robert, pero el líder es Luis Enrique; un entrenador magnífico, con un currículum tremendo; debería ser un día de fiesta la vuelta de Luis Enrique tras la pérdida de su hija y los meses horribles que ha pasado”.

Molina, por su parte, negó que hayan cambiado de rumbo repentinamente. “Si alguien ha cambiado su punto de vista en prioridades es él (Robert), porque el punto uno era que si Luis quería volver, volvía”, subrayó el director deportivo de la Federación, que lamentó que el ya exseleccionador no acudiera a la cita de ayer: “Me ha sorprendido que no haya venido porque hablé con él en el vestuario, le pedí que estuviera tranquilo, que hoy hablábamos de todo, y cuando me fui conduciendo hacia casa tras el partido, volví a hablar porque me llamó para decirme que no iba a venir. Le pedí por favor que viniera y no ha querido, ha mandado a sus abogados”. - DEIA/Efe