oCTUBRE el que está viviendo Gorka Luariz (Zaragoza, 1992), delantero del Leioa. Fue protagonista estelar del triunfo en el feudo del Amorebieta el primer sábado del mes, cuando estrenó su cuenta goleadora del curso con un doblete. Horas después, este potente ariete que acudió a vivir a Nafarroa con 3 años y se trasladó a Donostia a los 10, emprendió un largo viaje hasta Guinea Ecuatorial, país de su madre. Y es que, por primera vez, formaba parte de una convocatoria oficial de la selección, con la que ha disputado dos partidos de clasificación para la Copa de África 2019, ambos saldados con derrota frente a Madagascar. El sábado 13 debutó en la recta final del choque y el pasado martes jugó la segunda mitad al completo. Volvió el jueves por la noche, pero conserva energía para recibir esta tarde a uno de sus exequipos, el Gernika, que visita Eskuinaldea a las 18.00 horas.
“La experiencia ha sido buenísima deportiva y personalmente. Conocer la vida que se lleva en otros países, tan diferente a la de aquí, te ayuda a ser más humilde y valorar más las cosas”, subraya quien ya había participado en mayo en amistosos y no pudo acudir en septiembre por problemas en los isquios. “Me venían llamando desde hace años, pero hacía falta bastante papeleo y no tengo mucha relación con mi madre, así que no quería mezclar temas. Ahora que soy más mayor, he decidido ir”, explica Luariz, que en estos dos choques con la selección entrenada por el madrileño Ángel López ha entrado “cuando ya íbamos perdiendo 1-0 (marcador final) y era complicado, sobre todo en el segundo, porque el empate les valía para clasificarse y estaban metidos atrás y perdiendo tiempo”. En Madagascar, jugó ante unos 20.000 aficionados que celebraron el primer billete de su historia para la Copa de África. “Estaba todo el país pendiente. A la salida del estadio pasamos 5 kilómetros rodeados de gente muy alegre que se burlaba de nosotros, aunque con respeto”, matiza quien se muestra “con ganas de volver para jugar contra Senegal en noviembre”.
Su viaje llegó justo después de sellar un doblete en Urritxe y “quitarme un peso de encima, lo necesitaba”. En su ausencia, el Leioa empató a uno frente al Vitoria tras quedarse con diez desde muy pronto. “Fuera del hotel no podía seguirlo. Cuando llegamos, faltaba solo un cuarto de hora. Con uno menos, se hizo largo” argumenta Luariz, miembro de una escuadra ubicada en la sexta plaza. “Tenemos una gran plantilla, como para estar peleando por entrar en Copa e incluso en play-off. Todo lo que no sea eso será una pequeña decepción para mí, aunque no un fracaso”, dispara quien viene de encadenar dos descensos con el Zamudio y el Cerceda gallego. “En todos los equipos he estado muy a gusto, pero llevo desde los 20 años jugando en Segunda B y no quiero bajar de ahí”, reflexiona al ser preguntado por el amplio número de equipos en los que ha militado.
En la 2015-16 defendió el escudo del Gernika, su rival de hoy. “No jugué mucho, pero la culpa la tuve yo, no era tan maduro como ahora. Al principio sufrí una lesión y luego me expulsaron dos veces”, recuerda extrañado de que los forales viajen penúltimos y aún no conozcan la victoria. “Tengo la cabeza un poco saturada de los viajes, pero cansado no, así que estoy preparado para jugar. Va a ser un partido dificilísimo. He compartido vestuario con muchos de ellos y sé que van a salir de ahí abajo”, asegura un jugador al que la fortuna le dio la espalda cuando le fichó el Athletic con 17 años, pues se rompió el cruzado. Ahora, luce su sonrisa en Sarriena.