Bilbao - La noche del domingo fue larga en Girona. Motivos había más que suficientes para celebrar y así lo hizo el protagonista de la entrevista, un eufórico Ramalho, que atendió a DEIA minutos antes de unirse pasadas las 17.30 horas de la tarde al resto del equipo para festejar el ascenso a la máxima categoría por primera vez en sus 87 años de historia.
Por fin pueden respirar tranquilos. Ya son de Primera
-Ufff, sí. Ha sido un año muy duro pero a la vez muy bonito. Pero ya nos hemos quitado el peso ese que teníamos encima. Parecía que el ascenso no iba a llegar nunca, pero por fin lo conseguimos el domingo.
¿Le habían dado muchas vueltas a lo ocurrido en los dos últimos años?
-Es irremediable no tener presente lo que había pasado en años anteriores y alguna vuelta le das. Tienes ese miedo de que pueda volver a pasar, pero la verdad es que no ganas nada pensando así. No había que mirar al pasado, teníamos muy claro que queríamos subir sí o sí.
¿Ha cambiado algo en el equipo con respecto a otras campañas?
-No... La idea del equipo desde el inicio era pelear por el ascenso. Llevamos varios años con el ese objetivo, el mismo esquema y el mismo entrenador. Ese buen trabajo se ha visto reflejado en el campo.
¿Cómo se ha encontrado personalmente?
-Muy bien, la verdad. Es un sitio que ya conocía y todo ha sido más fácil. Tomé la decisión de venir porque el proyecto me gustaba. En el plano personal estoy muy contento. He jugado treinta partidos, el míster ha confiado mucho en mí y al final todo ha sido redondo con el ascenso.
Hace dos años se lesionó de gravedad, volvió hace un año y medio a jugar... ¿Cómo está su rodilla?
-La verdad es que bien. Me recuperé muy bien. Asimilé la lesión perfectamente desde el primer momento en el aspecto mental y me puse a trabajar duramente para regresar a la perfección.
Me consta que el año pasado ya tenía claro que si se desvinculaba del Athletic iría al Girona. ¿Cómo vivió el no ascenso del equipo?
-Estuve muy atento, tenía claro que iba a venir y fue un palo la derrota contra Osasuna. No estaba en la plantilla, pero me dolió. Pese a ello, decidí venir y creo que ha sido una decisión muy acertada.
Fue titular en el primer partido, estuvo cuatro sin jugar y encadenó 19 saliendo desde el inicio. ¿Es esta su mejor temporada como profesional?
-Sí, posiblemente sí. En categorías inferiores igual hubo temporadas en las que jugué más, pero no a tan alto nivel. Estoy contento de lo que he jugado y del nivel ofrecido después de todo lo que he pasado, especialmente con la lesión de rodilla. Ahora, a seguir progresando y a dar más nivel.
Pablo Machín, el entrenador del Girona, le conoce bien y ha depositado mucha confianza en usted. ¿Cuál considera que es la mejor virtud de su técnico?
-Es un técnico que tiene las ideas muy claras. Lo que hace lo sabe hacer muy bien. Sabe muy bien por qué tipo de jugador tiene que apostar y lo lleva todo muy a rajatabla. Es un gran entrenador y conoce a la perfección el esquema táctico con el que jugamos.
¿Y qué opinión tiene de José Ángel Ziganda?
-Es un gran entrenador también. Siempre lo he dicho y le conozco desde hace tiempo. Se comunica mucho con el jugador. Además, personalmente tengo una muy buena relación con él. Siempre se ha portado muy bien conmigo y estoy muy contento por él. Se merecía esta oportunidad que le ha dado el club de dirigir al primer equipo del Athletic y confío en que lo hará muy bien.
Tiene la ventaja de que conoce muy bien a casi toda la plantilla.
-Eso es lo bueno de que hayan apostado por él. Conoce a toda la plantilla y es algo imprescindible para que el equipo vaya bien.
¿Considera que su etapa en el Athletic ha finalizado?
-Nunca se sabe. Yo me formé allí, pero ahora pertenezco al Girona. Quiero mejorar como jugador, jugar en Primera... Lo que sí digo es que nunca hay que cerrar ninguna puerta, nunca se sabe lo que puede pasar. Siempre he querido jugar en el Athletic, quiero demostrar a todo el mundo que tengo nivel para poder jugar y ya se verá lo que pasa.
¿Ha pensado en cómo será volver a jugar en San Mamés?
-Si te digo la verdad, no. Aún no he tenido tiempo de pensar en ello. Ha pasado poco tiempo y no me he parado a pensar ello. Pero es algo que tampoco me imagino.