Barcelona - Como otras veces, Leo Messi salió al rescate de los suyos y gracias a un segundo gol dio una victoria al Barcelona, que de no haber llegado contra uno de los equipos que lucha por no descender, el Leganés (2-1), habría provocado el incendio del Camp Nou, tras el 4-0 del pasado martes frente al PSG. A pesar de la gran aportación goleadora, Messi no celebró su gol. Se le agrió la alegría y se recogió sin ninguna gestualidad para su campo.

Fue la imagen del partido para un Barcelona que vive un momento desconcertante y cada vez tiene menos fútbol. Messi, que negocia su renovación con el Barcelona, es el termómetro del club catalán desde hace años. Si el argentino está en forma y con ganas, es más fácil que el equipo azulgrana sea imparable o, como mínimo, difícil de batir.

Todo lo que no sea tener a Messi conectado se traduce en problemas. Si Messi no está bien en lo anímico, al Barcelona le va a costar reconducir el final de temporada. El argentino tiene claro que quiere quedarse, porque el Barça es su equipo, pero hay aspectos que necesita que le aclaren: el proyecto futbolístico y su situación en los juzgados. El trance de pasar por un tribunal y las penas contra él y su padre son espadas de Damocles. El jugador necesita que le den garantías y protección, más que dinero y años de duración de su contrato. - Álex Santos