SUIZA: Sommer; Lichtsteiner, Djourou, Schär, Rodriguez; Xhaka, Behrami, Mehmedi (Lang, Min. 86), Dzemaili, Shaqiri (Fernandes, Min. 78); y Embolo (Sferovic, Min. 73)
FRANCIA: Lloris; Sagna, Rami, Koscileny, Evra; Sissoko, Cabaye, Pogba; Coman (Payet, Min. 63), Griezmann (Matuidi, Min. 77) y Gignac.
Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó a Rami y Koscileny.
Incidencias: Unos 50.000 espectadores en el Estadio Pierre-Mauroy de Lille.
Bilbao - Todos contentos. Así acabaron Francia y Suiza en el último partido de la primera fase en el grupo A. Los anfitriones se quedaron con el primer puesto del grupo, como estaba previsto, y los suizos, con el segundo, también siguiendo el pronóstico establecido. El resultado del otro choque se hizo notar con el paso de los minutos en Lille y, de hecho, la intensidad fue remitiendo hasta acabar en un pacto de no agresión que hizo que los daños no pasaran de las cinco camisetas rotas que se dejaron los helvéticos tras sendos agarrones y el balón que reventó un pisotón de Behrami.
Y eso que el partido comenzó animado, con mucho ritmo de un área a otra. Más bien lo animó el hiperactivo Paul Pogba, que estuvo a punto de adelantar a Francia con tres zapatazos. El primero murió en la parte superior del larguero después de que Sommer se confiara y estuviera a punto de pifiarla. El segundo fue rechazado de forma brillante por el portero del Borussia Moenchengladbach. Y el tercero, un zurdazo imperial del centrocampista de la Juventus, reventó el larguero otra vez y dejó a Francia sin el premio a su contundencia en las llegadas.
A todo esto, Suiza jugaba bonito, acaparaba la posesión en muchas fases, pero sin mordiente ni picardía arriba, donde le fallaba el último pase. Breel Embolo, con pintaza de gran jugador para el futuro, ocupó el sitio inicial de Seferovic, pero demostró que está aún muy tierno a sus 19 años para medirse tipos curtidos como Rami y Koscielny. Así, pese a la paliza que se pegó el chaval, todo el juego de los suizos moría sin nadie que pusiera la puntilla en el área. Xhaka y Dzemaili trataban de generar en vano y salvo un balón que no atinó a rematar el central Djorou a la salida de un córner en el minuto 8 y un disparo alto de Mehmedi en el 20, la selección de Vladimir Petkovic no inquietó mucho más Lloris.
A Francia le iba bien porque el empate le dejaba en el liderato. Las novedades introducidas por Didier Deschamps poco se notaron ya que los galos se dejaron dominar para buscar los contragolpes. Gignac, sustituto de Giroud como hombre más avanzado, no aportó demasiado, salvo brega, y solo produjo un disparo duro, pero centrado, que de nuevo atrapó Sommer. El meta suizo apareció luego otra vez para desviar un remate de Griezmann.
sin fortuna Francia había merecido de sobra el gol, pero el duelo empezó a languidecer, sin riesgos, hasta que apareció Dimitri Payet, el nuevo ídolo de la afición francesa. Al centrocampista le costó apenas diez minutos rozar su tercer gol consecutivo. En el minuto 75, Sissoko se recorrió medio campo al ritmo del mejor de los velocistas, centró al segundo palo y allí apareció Payet para volear con una clase enorme y estrellar el remate en el larguero por tercera vez. No había manera de abrir la cuenta en el Estadio Pierre-Mauroy, ni siquiera cuando el mismo jugador volvió a disparar algo más desviado de la frontal en el minuto 80.
Si el marcador no se había movido hasta entonces, los dos equipos decidieron que para qué intentarlo más. Desde luego, Suiza llevaba un rato pensando en guardar el botín, por si acaso, con tres cambios que solo sirvieron para ahorrar fuerzas y Francia tampoco se iba a volver loca en busca de un tercer triunfo que no modificaba su posición. La selección anfitriona selló su billete a octavos de final sin mostrar la pujanza que se le suponía, pero con oficio y consistencia. Ahora le toca esperar a sus rivales a partir de octa vos. De momento, la Eurocopa ha cerrado el primer grupo sin sorpresas.