Marsella francesa
La ciudad recuperó la calma y en el velodrome resonó como nunca ‘la marsellesa’ en un ambiente de cordialidad entre galos y albaneses
Marsella - La Marsellesa atronó en Marsella. Convertida en un acto liberador, el himno francés fue esta vez -pese a su belicosa letra- un canto a la convivencia, un himno contra la barbarie que ensombreció el comienzo de la Eurocopa en esta sede.
No han sido días agradables para la ciudad, con el Puerto Viejo y su zona histórica casi en estado de sitio e imagen de los informativos de todo el mundo por la violencia ejercida en sus calles.
Por eso, la visita de la selección francesa, ante un rival que no es problemático, ha cambiado el ánimo. Y entonar La Marsellesa, una liberación para muchos de los que la semana pasada pasaron miedo.
La Marsellesa, que nació como un himno militar, que cambió a su actual nombre por ser entonada por los voluntarios de las tropas de Marsella que acudieron en auxilio de la capital en 1872, en la guerra contra Austria, no es sólo el himno nacional francés. Es el emblema de la resistencia.
Lo fue en la Alemania nazi y, hace menos de un año, durante los actos terroristas de París. Entonces, cuando el Estadio de Francia tuvo que ser desalojado, brotó de las gargantas de los aficionados de modo espontáneo, como forma para conjurar el pánico. Y, luego, fue el vehículo de unión frente al terror en Wembley, el templo inglés, que tuvo un emocionante gesto de solidaridad en el amistoso contra les bleus, sin imaginar que meses después algunos de los suyos los avergonzarían en suelo francés.
En el Velodrome, LaMarsellesa volvió a resonar emocionante, tras haber escuchado respetuosos el himno albanés. Y pese a que no se rebajó el dispositivo de seguridad (más de un millar de policías, ampliado con 160 antidisturbios dispuestos para intervenir dentro del estadio por la presencia del jefe del Estado, François Hollande) el ambiente fue festivo.
A nadie importó que las calles en torno al estadio se tiñesen de rojo y negro. Trece mil albaneses, llegados de Albania, pero también de Kosovo y Macedonia, quizá apoyados por parte de ese 33 por ciento musulmán que vive en los alrededores de Marsella, inundaron de sonido y color todas las vías cercanas. Y los seguidores de les bleus se unieron a ellos en una competición tan ruidosa como amigable. Sin necesidad de imponer nada a su rival.
Y cuando el escocés William Collum dio comienzo al partido, el terreno de juego reclamó la atención. Por fin, el fútbol fue el centro de todas las miradas.
La táctica de Deschamps Una vez terminado el partido, el seleccionador francés, Didier Deschamps, aseguró sentirse feliz, tanto por el triunfo de su equipo y la clasificación a octavos como por el “decisivo” gol logrado por Antoine Griezmann.
Deschamps dejó en el banquillo de inicio a Paul Pogba y Antoine Griezmann, señalados por su bajo rendimiento ante Rumanía. El técnico explicó que la suplencia del primero se debió “a una cuestión táctica, por las características del rival”, mientras que la del jugador del Atlético de Madrid tiene que ver “con una temporada extenuante”.
“Paul tiene otras cualidades y pensamos en jugar por las bandas. En el caso de Antoine es porque ha tenido una temporada muy dura y ya en el primer partido jugó una hora”, dijo. “Me alegro por Griezmann, porque ha marcado un gol y ha demostrado que puede ser decisivo. Lógicamente, siempre se quiere jugar y él hubiese preferido empezar. Pero también puede ser decisivo saliendo desde el banco y hemos demostrado que cualquier jugador que no da lo que se espera puede salir del equipo”, añadió Deschamps.
Respecto al encuentro, Deschamps señaló que su idea era aumentar la velocidad del juego, pero que tras el descanso cambió la táctica porque había cierto desequilibrio. “Sabíamos que Albania iba a jugar muy agrupada. Queríamos meter velocidad por la banda, pero no fue suficiente y no recuperábamos el balón, ni elaborábamos en el centro del campo. Tras el descanso, encontramos un mayor equilibro”, añadió.
Respecto a los apuros que pasó su selección para derrotar a Albania aseguró: “Es complicado explicarlo si no has visto el partido. Albania juega con mucho corazón y aplicación y nos costó”.
Por su parte el italiano Gianni de Biasi, entrenador de la selección albanesa, lamentó la derrota encajada en los últimos minutos y achacó a la entrada en el campo de Antoine Griezmann y Paul Pogba, tras el descanso. “Ellos han marcado la diferencia con su calidad técnica”, dijo Di Biasi al analizar la entrada en el campo de las dos estrellas que ayer fueron suplentes.