La mala costumbre
Inglaterra, que jamás logró ganar el partido inicial de una Eurocopa, se deja empatar en el minuto 93 después de dominar con claridad, aunque con poca eficacia, al equipo ruso
bilbao - Inglaterra nunca consiguió ganar en el primer partido de la Eurocopa y para no faltar con el protocolo que exige la tradición, un rasgo como muy británico, esta vez tampoco. Aunque a punto estuvo la renovada selección de Roy Hodgson de romper con el rancio ritual, pues hasta el minuto 93 tenía el partido en sus manos, y en un descuido, una torpeza mayúscula cometida además cuando todas las entendederas de los jugadores deben estar en plena ebullición, echó por tierra la valiosa victoria, acariciada por méritos sobrados y desde que Eric Dier, centrocampista del Tottenham Hotspur, atinó a batir a Akinfeev hacia el minuto 73 del encuentro.
Pero así es el fútbol, donde volvió a relucir una de sus más sagrados asertos: un partido dura hasta que el árbitro pita el final, y cuando el italiano Nikola Rizzoli bajó el telón el bullicio se apoderó del sector ruso, hasta entonces arrinconado por los incesantes cánticos de los pross ingleses, mucho más numerosos y animosos que sus rivales.
Fue un chasco descomunal porque Inglaterra tuvo ocasiones suficientes para liquidar el partido en el transcurso de la primera mitad del encuentro, que arrancó de forma briosa y sin concesiones, presagiando un choque digno del evento futbolístico y entre dos selecciones que intentar regresar al parnaso futbolístico del Viejo Continente.
Porque Rusia, anfitrión del próximo Mundial por obra y gracia de Putin y sus maniobras orquestales en la oscuridad, alcanzó su clasificación después de encadenar cuatro victorias consecutivas, incluida la Suecia de Ibrahimovic, en cuanto Fabio Cabello fue destituido y su puesto ocupado por Leonid Slutski, un entrenador de éxito al frente del CSKA de Moscú. Los rusos recobraron la confianza y el orgullo, cualidades que quisieron confrontar con Inglaterra, a quienes muchos han señalado como potencial revelación del campeonato.
No lo consiguieron, salvo en el resultado, que es lo que queda. Porque lo otro, el fútbol, brilló por su ausencia en el lado ruso, y desde luego tuvo más presencia en el inglés, aunque falto de remate y mordiente para trasladar al marcador lo que estaba sucediendo en el terreno de juego.
La propuesta de los pross fue claramente ofensiva, con Rooney por detrás de los delanteros y mando en el juego; Sterling y Lallana, que estuvo muy lúcido, abiertos para dar salida orientada al balón y el brillante Delle Alli moviéndose con libertad entre líneas. En la primera media hora, Inglaterra lanzó el balón contra la portería rusa hasta en ocho ocasiones a meta, pero sin acierto.
un respiro Rusia se limitaba a defenderse y tratar de sorprender con alguna contra del rápido delantero del Zenit Aleksandr Kokorin, bien vigilado por Rose, pero tan solo contabilizó un remate de cabeza de su central Sergey Ignashevich, tras un golpe franco, y se encomendó al veterano portero Igor Akinfeev, que supo conjurar los remates de Adam Lallana, Kyle Walker o Wayne Rooney.
La insistencia sin premio acabó agotando a los ingleses, al menos mentalmente, porque en la segunda parte bajaron el pistón y dieron aire a los rusos. Kokorin entró más en juego, lo mismo que Artem Dzyuba, también del Zenit, el faro y guía del equipo. En cambio, Alli fue perdiendo la chispa que le acompañó en la primera parte. Apenas sí asomaba Lallana y de Rooney se sabía ya poco, hasta que reapareció con un durísimo disparo que desvió hacia el larguero Akinfeev (m. 69) en una soberbia intervención. Sin embargo el sobrio meta del CSKA falló cuatro minutos después con el golpe franco ejecutado por Dier, que entró por el centro de la portería.
Con el marcador en contra, Rusia no tenía otra: adelantar sus líneas y buscar la portería rival con denuedo, pero sin mordiente. Con este panorama, Inglaterra se confió, se agarró con demasiada fuerza al gol de Dier y cuando llegó el último arreón ruso, a la desesperada, la zaga de los pross no supo contemporizar y recibió el hachazo del viejo capitán Berezutsky.
El empate realza aún más el Inglaterra-Gales del próximo jueves, con los dragones luciendo liderato y soñando con lo imposible tras toda una vida a la sombra de su rival.
Inglaterra1
Rusia1
INGLATERRA: Hart; Walker, Cahill, Smalling, Rose; Alli, Dier, Rooney (Min. 78, Wilshere); Lallana, Kane, Sterling (Min. 87, Milner).
RUSIA: Akinfeev; Smolnikov, Ignashevich, Vasili Berezutski, Schennikov; Neustädter (Min .80, Glushakov), Golovin (Min. 78, Shirakov); Smolov (Min. 85, Mamaev), Shatov, Kokorin; Dzyuba.
Goles: 1-0: Min.73, Dier; 1-1: Min. 90+3: Berezutski.
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó al inglés Cahill (m. 62) y al ruso Schennikov (m. 72),
Incidencias: Partido de la primera jornada del grupo B de la Eurocopa 2016 disputado en el estadio Velodrome de Marsella, ante 67.000 espectadores. Desde el fondo de los aficionados rusos se lanzó una bengala hacia la grada inglesa y se encendieron otras, además se escucharon petardos. Los servicios de seguridad desalojaron una zona de esa parte del campo, pero deja en evidencia la fiabilidad del sistema de prevención.