La oferta más especial, para ‘The special one’
EL RECONOCIDO COMO ‘PEOR EQUIPO DEL MUNDO’ OFRECE SU BANQUILLO A JOSÉ Mourinho, a quien se prima por no ganar
ANDABA José Mourinho de retiro pasando unas plácidas vacaciones navideñas en Porto de Galinhas, en el Estado de Pernambuco, Brasil, en el lujoso hotel Nannai, a razón de 10.000 euros semanales, en un espacio curiosamente denominado por el complejo como Bangalô Master -bangalô significa bungalow, o sea pequeña casa de campo, simple-; mientras tanto, las portadas europeas seguían copando su nombre. Que si Manchester United, que si Real Madrid... rezan las especulaciones. Trabajo no le faltará al portugués, amado y odiado por las parroquias. “Mourinho ahora está en Brasil y veremos qué pasa. José tiene que sentirse cómodo, ya que estamos hablando del número 1”, rezaba el plusmarquista de los mercados Jorge Mendes en el diario inglés The Sun. Así estaba el entrenador luso, relajándose, siguiendo el consejo del representante mientras este atendía llamadas.
En esas estaba Mou cuando un equipo local aprovechó para presentarle una insospechada oferta de trabajo. Se trata del Ibis Sport Club, que milita en la Segunda Regional de Pernambuco. Según su copyright, El peor equipo del mundo, como también se lo reconoce su récord Guinness y figura como identidad bajo el escudo de la camiseta. La filosofía de este club, como dice su presidente Ozir Ramos Jr., “es como la de un alcohólico con su cachaça -bebida destilada de Brasil-: sabe que le hace mal, pero no puede dejar el vicio”. La pasión del Ibis es emborracharse de derrotas. Y de eso se jacta, se vanagloria, celebra. Perder es su razón de ser. Desde 1938, nacido para perder. La suya es la historia que Hollywood jamás representaría.
Rescata el diario El Gráfico que su fama la acuñó a finales de la década de los 70, concretamente entre 1978 y 1980, cuando un triunfo por 1-0 ante Ferroviario cortó la progresión del masoquismo de 23 encuentros seguidos perdiendo. Pero la leyenda se agrandó en los 80, porque desde ese año no volvió a conocer un triunfo hasta 1984. Dejó atrás una serie de 55 partidos sin ganar (48 derrotas y 7 empates; 25 goles favorables y 231 en contra).
En esa época dorada se acuñó un héroe particular, su delantero centro, una estrella llamada Mauro Shampoo alzada a mito, que firmó un solo gol en una década de juego. Fue aquel fatídico tanto ante Ferroviario que cercenó lo que podía haber sido una gloriosa racha. Shampoo, greñas maradonianas al viento, es un crack que corta el pelo a sus compañeros en la peluquería que ha venido regentando junto al estadio Municipal de Paulista, donde se faja el Ibis, que promedia un gol a favor y cerca de 45 en contra por temporada. En el Municipal el rival es venerado. Es el templo donde se alaba la ridiculez. Shampoo es una figura papal, la defensa que viste la elástica con colores como los del Milan es un coladero y la afición, la Ibismanía, rinde pleitesía al gol que hunde en la clasificación. La catacumba de la tabla es la morada de un club para el que perder es sencillamente vida, es lustre. El Íbis es un saco de boxeo.
“ilustrísimo señor José...” Volviendo a Mourinho, el Ibis aprovechó la proximidad del luso para completar su ofrecimiento: el banquillo. La misiva decía así: “Ilustrísimo señor José Mario Dos Santos Mourinho Félix. Por la presente le ratificamos, vuestra señoría, nuestra propuesta para que usted sea nuestro entrenador, no le daremos continuidad en nuestro equipo, en caso de que haya victorias (dos como máximo) o títulos”.
Entre las condiciones de la oferta del contrato, con vigencia para dos años, se proponía un salario mensual de una canasta básica de alimentos, una mascota por cada partido perdido (a elegir entre perro o gato), un aumento salarial si se consigue perder por goleada y una rescisión de contrato inmediata si el equipo juega bien o es campeón.
Qué mejor tentación para The special one que la oferta más especial del fútbol. Probablemente no haya accedido al banquillo del Ibis porque no será de mascotas o porque, como dijo en su día, “siempre es difícil perder para quien no está acostumbrado”. Pero desde los despachos del Ibis insisten. “Crystal Palace-Chelsea, 0-3; tu plaza está aquí, Mou”, escribían ayer en la cuenta del club de una red social nada más terminar el encuentro de la Premier League con victoria favorable a los nuevos blues de Guus Hiddink.