bilbao - El traspaso del belga Kevin De Bruyne del Wolfsburgo al Manchester City, por 75 millones de euros, ha sido la operación más llamativa del periodo de fichajes en Alemania y, además, es el centro de una discusión acerca del poder económico de la Premier League, cuyo mercado se cierra hoy, y la amenaza que representa. Horas después la apuesta subió de tono con el Manchester United como protagonista, con una operación espectacular, pero con la liga francesa como objetivo: 80 millones de euros al Mónaco por Anthony Martial, de tan solo 19 años. El United paga por el futbolista 60 millones de euros, más 20 en variables sencillas para que el precio final suba a los 80 millones.

De Bruyne había sido elegido como el mejor jugador de la Bundesliga la temporada pasada por lo que su marcha es algo que toca a todo el torneo. Su fichaje, por otra parte, forma parte de una ofensiva inglesa sobre la Bundesliga a la que ha comprado en esta ocasión jugadores por valor de 200 millones de euros.

Ya en la pausa de verano, el Liverpool había fichado al brasileño Roberto Firmino, procedente del Hoffenheim, por 41 millones de euros. Y el Tottenham, en una operación relámpago, le quitó al Bayer Leverkusen al coreano Heung-Min Son por 30 millones de euros.

El Leverkusen ha procurado compensar la marcha de Son con el fichaje del mexicano Javier Chicharrito Hernández, traspasado por el Manchester United a cambio de 13 millones de euros. El único caso en este periodo de fichajes en el que la Premier ha cedido un jugador a la Bundesliga.

La ofensiva la completan la compra del defensa Adul-Rahman Baba, por el que el Chelsea le pagó al Wolfsburgo 25 millones de euros y el traspaso de Bastian Schweinsteiger del Bayern al Manchester United por 15 millones de euros.

Lo que recibió el Augsburgo por Baba equivale a casi todo el presupuesto del club en el curso anterior.

El caso de Schweinsteiger es el único que tiene que ver menos con el poder económico de la Premier que con un acuerdo amistoso entre dos clubes. De hecho parece haber consenso de que el único club alemán que está, de momento, en condiciones de ofrecer resistencia a los millones de la Premier es el Bayern.

El Wolfsburgo es un club al que en los últimos años se le ha acusado de tirar el dinero por la ventana, aprovechando el respaldo del consorcio Wolfswagen. Para esta temporada, ha el club ha sufrido dos bajas sensibles. Además de De Bruyne, perdió al croata Ivan Perisic, que se fue al Inter de Milán por 30 millones de euros.

Dante y Draxler Con ese dinero, el Wolfsburgo, que esta temporada disputará la Liga de Campeones, ha contratado a Julian Draxler, procedente del Schalke, y del brasileño Dante, del Bayern Múnich.

El internacional germano firmó un contrato de cinco años que concluirá en junio de 2020, mientras que el zaguero brasileño se ha comprometido hasta junio de 2018.

El Bayern tuvo dos movimientos claves al fichar el chileno Arturo Vidal y al brasileño Douglas Costa, que en tres jornadas se ha convertido en uno de los jugadores de moda en Alemania. Ahora se bromea diciendo que el Bayern consiguió una ganga pues los dos juntos costaron menos que De Bruyne.

Además, el Bayern fichó a Sven Ullreich como portero suplente y al joven delantero francés Kingsley Coman, procedente del Juventus, que llegó cedido con opción de compra.

El Borussia Dortmund se reforzó con Gonzalo Castro, que llegó del Bayer Leverkusen y que se ha encontrado con la sorpresa de que otro nuevo fichaje, Julian Weigl, le ha cerrado el camino hacia la formación titular. Otro refuerzo fue el lateral coreano Joo Ho Park, procedente del Mainz. Además, el joven belga Andan Januzaj jugará la próxima temporada en el Borussia Dortmund alemán cedido por el Manchester United.