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El derbi madrileño se vivió en las calles de Lisboa

Con miles de aficionados ya agolpados en sus inmediaciones, el estadio de la Luz de Lisboa abrió hoy sus puertas casi tres horas antes del pitido inicial que dará comienzo a la final de la Liga de Campeones que se disputan los equipos españoles Real Madrid y Atlético de Madrid.

El derbi madrileño se vivió en las calles de LisboaEFE

Se han juntado el hambre con las ganas de comer, o viceversa, porque lo mismo sirve para el Real Madrid, obcecado hasta la obsesión por conseguir volver a ganar lo que consideran su trofeo, el cual no levantan desde el año 2002, que para el Atlético de Madrid, que lo tuvo en la mano en la final de 1974 disputada en Bruselas frente al histórico Bayern de Múnich; un partido que terminó con empate a un gol tras disputarse la prórroga. En el desempate, los alemanes aplastaron al equipo colchonero, liderado por Luis Aragonés.

Pero es que la gran cita del fútbol mundial a nivel de clubes es un derbi madrileño trasladado a la casa del Benfica, el estadio De la Luz, lo que ha provocado que unos 80.000 aficionados, buena parte de ellos sin entrada, marchen en tropel hasta la capital portuguesa.

Las megaestrellas y el poder ofensivo del Real Madrid, el campeón de Copa esta temporada, contra el bloque, la intensidad, la firmeza defensiva y la fortaleza del Atlético, que el pasado sábado festejó un campeonato de Liga 18 años después.

Será el cuarto enfrentamiento entre los dos equipos madrileños. Dos lo ganó el Real Madrid, uno el Atlético y el último, a primeros del mes de marzo, terminó en empate (2-2).

Los seis años sin pasar de octavos de final fueron una losa para un buen puñado de entrenadores hasta que aterrizó José Mourinho. Con el portugués se rompieron barreras pero se crearon otras nuevas, unas semifinales en las que tropezaron tres años consecutivos hasta que Carlo Ancelotti ha enseñado el camino, conduciendo al madridismo a su decimotercera final.

El entrenador italiano puede convertirse en Lisboa en el técnico más laureado si vence. Igualaría las tres Copas de Europa conseguidas por Bob Paisley con el Liverpool. Ha sabido sacar partido de las virtudes de sus jugadores, con una apuesta ofensiva bajo un 4-3-3, explotando el juego directo con la velocidad de jugadores como Cristiano Ronaldo, Gareth Bale o Ángel Di María, la llamada BBC, y con una personalidad de salir siempre a por el balón.

Tras la exhibición en la fase de grupos, con récord goleador del equipo y de Cristiano Ronaldo, el Real Madrid tuvo que desmitificar la maldición alemana para recorrer su camino hacia la final. Vapuleó al Schalke, se vengó de su último verdugo, el Borussia Dormund, y sacó los colores al vigente campeón, Bayern Múnich. La brillantez de la semifinal y el 0-4 firmado en un terreno donde jamás había vencido, el Allianz Arena, provocaron la relajación final en Liga. El verdadero objetivo lo tenían ante sí. La oportunidad de conseguir la Décima tras doce años de sequía era una realidad. Lo demás carecía, al parecer, de relevancia.

Di María, el máximo asistente blanco en Europa, Bale o Carvajal, llegan a la final muy justos de físico. Peor lo tienen Pepe, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema, que han arrastrado lesiones hasta la víspera de la gran cita continental.

Sin Pepe, sin Xabi Alonso El que más complicado lo tiene para jugar la final es Pepe. Su lesión de gemelo probablemente le dejará fuera del partido que todos desean jugar y su sitio lo ocupará Raphael Varane. Pareja de Sergio Ramos, el líder del equipo en un final de temporada irregular donde tiró de orgullo. Carvajal tiene ventaja sobre Arbeloa en el lateral derecho y Coentrao sobre Marcelo por su mayor capacidad defensiva. La portería tiene un dueño, Iker Casillas, el único madridista junto a Cristiano que estará en el campo que ya ha sido campeón.

El tolosarra Xabi Alonso lo vivirá desde la grada, arrepintiéndose aún de su entrada a destiempo en el Allianz que provocó una sanción evitable en una eliminatoria sentenciada. Su ausencia provoca un debate entre Sami Khedira, corto de ritmo tras su grave lesión, y Asier Illarramendi, sobre quien se levantan sospechas por su bisoñez.

Isco jugará en lugar de Benzema si el francés no pasa la prueba.

También el Atlético acude a la cita con jugadores tocados, pendiente de la evolución de dos de sus mejores futbolistas: el goleador y peleas Diego Costa y el habilidoso Arda Turan.

Una lesión muscular en el bíceps femoral de la cara posterior del muslo derecho, con visita incluida a Belgrado esta semana para intentar acortar plazos bajo el tratamiento de Marijana Kovacevic, pone en duda la participación del delantero en la final

El Atlético llega a la final después de 60 encuentros esta campaña, con sólo seis derrotas, con un partido perdido de los últimos dieciocho y como el único invicto en esta edición de la Liga de Campeones tras una docena de choques, después de superar a Milan, Barcelona o Chelsea.

Campeón de Liga hace una semana, con un 1-1 en el Camp Nou, e infalible en las finales a único partido con Simeone, con el que ha conquistado la Liga Europa, la Supercopa, la Copa y la Liga en dos años, apunta el club rojiblanco al único título continental que le falta: una Copa de Europa que espera desde hace 40 años.